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¡Increíble! El desierto de Marruecos se inunda por primera vez en más de medio siglo

2024-10-16

Autor: Lucia

Los ancianos nómadas de Zagora y Merzuga, en el desértico sureste de Marruecos, nunca habían presenciado un fenómeno tan extraordinario como este: lagunas y riachuelos fluyendo entre las dunas, un espectáculo inusual que no se veía desde hace más de 50 años. Durante las últimas semanas, este sorprendente acontecimiento ha atraído la atención de turistas y visitantes, quienes han quedado asombrados por la transformación de una de las zonas más emblemáticas del Sahara.

Las últimas lluvias excepcionales a finales del verano y principios del otoño han creado este singular paisaje, con la ressurección de lagos como el del Parque Nacional de Iriqui, que había estado seco durante décadas. Imágenes capturadas por el satélite Terra de la NASA y el satélite Sentinel 2 del programa europeo Copernicus han revelado un resurgimiento ecológico en la ruta migratoria de flamencos y otras especies acuáticas.

"La última vez que tuvo agua fue en 1968", relata Adel Munan, un investigador de la Universidad de Kenitra. El lago Iriqui ahora mide 13 kilómetros de largo por 11 de ancho, y Munan celebra la reaparición de un ecosistema que devuelve la vida y la esperanza a la región. Se espera el regreso de las aves migratorias y de crustáceos como los triops, conocidos por ser una de las especies más antiguas del planeta, cuyos huevos pueden resistir en ambientes secos durante décadas.

Sin embargo, los viajeros son cautelosos: "En mi mente, ronda la duda de si todo esto era solo un espejismo" explica un español que compartió imágenes de las lagunas en redes sociales. En el sur de Marruecos, se han registrado hasta 250 litros por metro cuadrado en solo uno o dos días, cantidad equivalente a la precipitación media anual de esa región.

"Lo nunca visto", reconocía Hucín Yuaabed, portavoz de la Dirección General de Meteorología marroquí, quien advirtió que estas precipitaciones podrían alterar el clima local al aumentar la humedad y la evaporación. A pesar de estas intensas lluvias, la situación a nivel nacional no es alentadora, ya que las reservas de agua en los embalses marroquíes se mantenían en un 29% de su capacidad máxima, tras años de sequía.

Las intensas lluvias no solo han traído efectos positivos; a finales de septiembre, trágicamente, al menos 10 personas perdieron la vida y otras siete fueron reportadas como desaparecidas. Los desbordamientos también causaron el desvío de vuelos en el Aeropuerto Internacional de Marrakech, debido a la acumulación de agua en sus instalaciones.

La causa de estos temporales se atribuye a "una masa de aire tropical extremadamente inestable", advierten los meteorólogos, una situación que podría pronosticar un futuro con climas más erráticos en la región. Las crecidas han provocado daños devastadores, y la construcción de embalses y el excesivo bombeo de agua para la agricultura han alterado el equilibrio natural que solía regular las reservas de agua.

El panorama es complejo: varias comunidades han sido construidas cerca de ríos que históricamente han estado secos, bajo la falsa creencia de que el agua no volvería a fluir. A la luz de estos acontecimientos, la preocupación sobre el futuro del agua en Marruecos se intensifica, evidenciando la necesidad de una gestión más sostenible y consciente del recurso hídrico.