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¡Increíble historia de quienes eligen vivir en un barco por la crisis del alquiler!

2024-10-12

Autor: María

La famosa Marina Las Palmas, también conocida como el muelle deportivo, se ha convertido en más que un simple puerto recreativo. Con cerca de 1.400 puntos de atraque, no solo es un lugar de encuentro para el ocio nocturno y la gastronomía, sino un hogar para muchas personas que han optado por la vida en el mar ante la imposibilidad de alquilar un piso. Antonio, un marinero local, expresa: “Para mí, vivir en tierra no era una opción. Siempre soñé con tener un velero, navegar y vivir en él”. Sin embargo, para otros, esta es una solución desesperada tras ser excluidos del mercado inmobiliario.

Uno de estos casos es el de Rafael (nombre ficticio), un jubilado de 82 años que, tras toda una vida laboral como periodista autónomo, se enfrenta a una pensión de solo 500 euros. Después de intentar vivir en el apartamento de su hija, se encontró sin opciones cuando ella decidió venderlo. “Pacté con ella para vender el piso y quedarme con la diferencia, lo cual me dio unos 20.000 euros. Un amigo me sugirió comprar un barco, y nunca pensé que podría hacerlo por un buen precio”, relata. Desde esa decisión, ha encontrado una vida digna en su velero de casi nueve metros.

Nin, un marinero de 60 años, complementa esta realidad al afirmar que cada vez más personas están comprando barcos viejos, ya que es la única alternativa ante el exorbitante costo de los alquileres. Muchos, como una persona que prefirió permanecer en el anonimato, asegura vivir en su barco porque su salario es solo el mínimo: “Aquí tengo calidad de vida y no molesto a nadie, pero existe el temor de ser desalojados.”

En Canarias, la población ha crecido un 26% desde comienzos del siglo, alcanzando 2,17 millones de habitantes, impulsada en gran parte por la inmigración. Esta explosión demográfica ha generado una presión sobre el mercado de vivienda, dificultando que los locales encuentren un hogar asequible. Durante el 2023, el precio del alquiler en las islas ha subido casi un 9%, posicionando a Canarias como la cuarta comunidad más cara en este aspecto, detrás de Baleares, Madrid y Cataluña. Este incremento se ha traducido en un aumento notable de asentamientos informales donde trabajadores de la industria turística buscan refugio.

Rafael enfatiza su situación privilegiada en comparación con los alquileres actuales: “Lo que pago no llega a 100 euros al mes, y me cubre los gastos de luz y agua. Es simplemente imposible encontrar algo así en la ciudad.” Sin embargo, aspirar a vivir en un barco no es tan fácil; la lista de espera para un espacio en la marina es extensa, reflejando la alta demanda de este estilo de vida alternativo.

Pero, ¿es legal vivir en un barco en Canarias? Según la abogada Carlota Zapata, no hay un impedimento legal directo, pero las ordenanzas de la Autoridad Portuaria condicionan esta práctica. Desde 2019, la marina ha prohibido el empadronamiento en barcos, justificando que los puertos deportivos no están diseñados para viviendas permanentes, lo que ha llevado a muchos a la incertidumbre.

A pesar de esto, hay quienes luchan por mantenerse en sus barcos. Nin, por ejemplo, ganó un juicio sobre un intento de desalojo, certificando su derecho a permanecer en su velero, y asegura: “No hay vuelta atrás; el objetivo es convertir estas marinas en centros comerciales.” Según datos del Ayuntamiento, actualmente hay 259 personas empadronadas en la Dársena de Embarcaciones Menores, pero, debido a la prohibición y los cambios demográficos, este número podría estar por debajo de la realidad.

Quienes viven en los barcos enfatizan que su condición no es la de infravivienda. “El mar puede ser un lugar acogedor”, concluye Rafael, “no hay vecinos ruidosos y compartimos una gran camaradería. La vida marina puede ser un ajuste, pero es una opción digna y llena de camaradería.” En medio de una crisis de vivienda, estos marineros han encontrado su propio camino en un mundo en constante cambio.