A más de 8.000 metros de altura, George Mallory y Andrew Irvine formaban parte de una audaz expedición británica en 1924, que desafió las gélidas y peligrosas laderas del Everest. Fueron vistos desde el campamento base, apenas a unos escalones de la cima del mundo. Sin embargo, su destino sigue siendo uno de los grandes misterios de la historia de la montaña.

¿Qué sucedió realmente con ellos? Durante años, la comunidad alpinista ha especulado sobre su suerte mientras se siguen descubriendo nuevas pistas. Recientemente, el National Geographic reveló un hallazgo asombroso: una bota antigua de cuero con un pie humano dentro, además de un calcetín que lleva la inscripción de Irvine. Este descubrimiento ha reabierto el debate sobre si realmente lograron alcanzar la cima del Everest.

La historia se vuelve aún más intrigante cuando se considera que en 1999 se encontró el cuerpo de Mallory, quien contaba con 28 años y era un veterano de la Primera Guerra Mundial. Al encontrarlo, se detectaron marcas profundas de cuerdas alrededor de su cintura, lo que sugiere que pudo haber tenido un accidente tras haber llegado a la cumbre. Curiosamente, también se descubrió que llevaba sus gafas de sol en el bolsillo, lo que implica que tal vez el accidente ocurrió de noche, dando lugar a la especulación de que ambos alpinistas sí pudieron haber alcanzado la cima.

Sin embargo, la historia oficial fija como primer ascenso exitoso al Everest el protagonizado por Sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay en 1953, 29 años después de la aventura de Mallory e Irvine. La prueba definitiva de que hicieron cumbre podría encontrarse en una cámara fotográfica que se sospecha llevaban consigo, pero hasta el momento, esa cámara sigue desaparecida.

Javier Sierra, conocido por sus investigaciones sobre este do no menos enigmático, menciona que este hallazgo revive la esperanza de encontrar el cuerpo de Irvine y resolver el enigma que ha cautivado a generaciones. En el curso de nuestras investigaciones, también escuchamos a Sebastián Álvaro, un destacado alpinista español, quien ha dedicado gran parte de su carrera a desentrañar la historia de Mallory e Irvine y destaca que su libro, publicado hace cuatro años, es la recopilación más detallada sobre este intrigante capítulo.

Como añadido, la comunidad alpinista ha comenzado a reflexionar sobre cómo la búsqueda de la verdad en este contexto también conlleva el respeto por el legado de estos aventureros. Con la nueva tecnología y las futuras expediciones que se planean, llega la posibilidad de descubrir más evidencias que podrían finalmente cerrar el caso de los desaparecidos en el Everest. ¿Lograrán los investigadores encontrar la cámara y aclarar una vez por todas si Mallory e Irvine hicieron cumbre? El mundo entero está atento, ¡el misterio continúa!