En una edición sorprendente del Masters de Augusta, el golf español encontró un rayo de esperanza en Jon Rahm, quien con 71 golpes el viernes, evitó que el país se quedara huérfano de emociones. Mientras figuras como Sergio García y José María Olazábal se despiden antes del fin de semana, Rahm logra mantener la intensidad en este torneo que ha visto la participación de ilustres como Roger Federer.

Sin embargo, la reciente trayectoria de Rahm ha estado marcada por desafíos, especialmente desde su incorporación a la Liga LIV, donde ha brillado con una victoria en 2024 y ha mantenido su lugar en el top 10. A pesar de esto, en los grandes torneos ha tenido dificultad para mantener un rendimiento constante, a diferencia de Rory McIlroy y Bryson DeChambeau, quienes se posicionaron como serios contendientes para la chaqueta verde.

El viernes, su día del corte, Rahm comenzó con una energía palpable y una serie de comodidades, como neveras repletas de agua con el logo del Masters, una marca que genera un asombroso ingreso de 70 millones de dólares en una sola semana. Aunque los greens estaban más blandos gracias a la tormenta de la noche anterior, su rendimiento se vio empañado por una serie de fallos en el putt, completando 12 intentos en los primeros seis hoyos.

Sin embargo, todo cambió en el hoyo 7, un par 4 complicado, donde tras enviar la bola al bosque y enfrentar una posición difícil, logró un golpe espectacular desde el bunker que resultó en el único birdie de la jornada. Su habilidad para transformar una situación adversa en una jugada magistral fue un destello de brillantez en un recorrido lleno de oportunidades perdidas.

Con un total de 18 hoyos, Rahm reconoció que esta fue una de las vueltas más inusuales de su carrera. "No ha debido haber muchas así, no. Pero estoy orgulloso de la lucha", comentó, destacando que su rendimiento en los pares 5, donde suele destacar, no le permitió acercarse a los líderes como Rose, McIlroy y DeChambeau.

"Gracias a Dios he metido el último putt y no estoy tan lejos", declaró con confianza, convencido de que aún puede remontar en este Major. "A 10 golpes de distancia en un torneo así, todavía puedo pelear. Pero si sigo con esta tónica, ni por asomo ganaré".