El próximo Mundial de fútbol, que se celebrará entre junio y julio de 2026 en Canadá, Estados Unidos y México, se ve marcado por un sorprendente desafío: temperaturas que podrían alcanzar niveles extremos, cercanos a los 50 grados Celsius. Un estudio reciente advierte que los futbolistas estarán expuestos a un estrés térmico severo, lo que podría afectar gravemente su rendimiento y salud.

¿Qué significa realmente esto? Los organismos deportivos suelen medir las condiciones del entorno con el WBGT (Wet Bulb Globe Temperature), un índice que evalúa no solo la temperatura, sino también la humedad, la velocidad del viento y la radiación solar. Sin embargo, los investigadores señalan que este método no refleja adecuadamente el estrés térmico que experimentan los jugadores, ya que ignora factores críticos como la producción de calor interno de los atletas, la vestimenta que utilizan y el movimiento corporal que afecta al flujo de aire.

Para abordar este problema, los científicos han propuesto la implementación de un nuevo indicador llamado Índice Universal de Clima Térmico (UTCI), el cual incorpora parámetros adicionales que permiten medir con más precisión la respuesta del cuerpo humano al calor extremo.

El estudio indica que de las 16 sedes programadas para el evento, 10 podrían presentar riesgos significativos para los futbolistas. Por ejemplo, en los estadios ubicados en Arlington, Houston y Monterrey, los jugadores corren el riesgo de perder más de un kilogramo de sudor por hora, lo que podría llevar a una deshidratación crítica.

Se estima que en estas condiciones, el UTCI podría alcanzar desalentadores 49,5 grados Celsius. Face este escenario alarmante, los expertos sugieren varias medidas preventivas: - **Instalar sistemas de aire acondicionado** en los estadios para mantener temperaturas seguras durante los partidos. - **Reprogramar el evento** para que se celebre en primavera u otoño, momentos más frescos del año, evitando así el severo calor del verano. - **Realizar pruebas de rendimiento** que simulen el estrés térmico, de modo que los futbolistas puedan prepararse adecuadamente para estas extremas condiciones.

Este Mundial no solo desafía a los jugadores a demostrar su habilidad, sino que también pone en tela de juicio la salud y el bienestar de los atletas en un entorno potencialmente dañino. El tiempo corre y las soluciones deben ser implementadas pronto para garantizar un torneo seguro y exitoso.