Salud

¡Increíble! La extraña enfermedad que apareció tras el Covid y la revelación que hizo al disfrutar de un helado

2025-04-08

Autor: Ana

La pandemia del Covid-19 ha dejado secuelas inesperadas en muchas personas alrededor del mundo, y España, lamentablemente, no fue la excepción. A medida que la pandemia ha quedado atrás, los estudios continúan descubriendo complicaciones derivadas del virus, y una de estas historias sorprendentes es la de Hanna Newnham, una joven británica que ha compartido su experiencia impactante con los medios, incluyendo The Mirror.

Urticaria por frío: un diagnóstico inquietante

Pocos meses después de superar el Covid, Hanna comenzó a experimentar síntomas raros y preocupantes. Fue tras un día de baño en el mar cuando todo empezó. A pocos días de ese momento, sufrió su primer ataque anafiláctico después de consumir un helado, experimentando picazón en la garganta, tos y una sensación de obstrucción. Esté fue el primer indicio de que había desarrollado una urticaria por frío, una condición inusual que ha alterado drásticamente su vida cotidiana. Según relató la joven de 27 años a PA Real Life, los cambios han sido significativos y complicados.

La urticaria por frío no solo limita lo que puede comer—diciendo adiós a los refrescantes helados de verano—sino que también se ha convertido en un desafío enfrentar cualquier cambio en la temperatura ambiental. Desde que aparecieron sus primeros síntomas, su sensibilidad al frío ha aumentado, desencadenando episodios de angioedema (hinchazón facial) y anafilaxia, lo que puede llevarla a tener problemas para respirar.

Los momentos difíciles no se limitan únicamente a la ingesta de alimentos fríos. Su propio sudor puede desencadenar ataques, haciéndola vivir a diario con el temor de un episodio, aunque muchos no sean lo suficientemente severos como para requerir el uso de su EpiPen, que ha tenido que utilizar en múltiples ocasiones y que la obliga a estar bajo observación hospitalaria durante ocho horas tras cada uso.

Desafiando lo cotidiano

La vida diaria de Hanna se ha vuelto un reto constante. Las bajas temperaturas la obligan a permanecer en casa, arropada con una manta eléctrica y acompañada de un calefactor, para evitar crisis. Al principio, los antihistamínicos recetados no parecieron ayudar, por lo que su tratamiento cambió a esteroides, luego a medicamentos para el asma, y todo debido a la incertidumbre de los médicos sobre cómo manejar su condición. “Siento que me dan diferentes fármacos porque no saben exactamente qué hacer”, expresó, reflejando su frustración.

Actualmente, Hanna está en la lista de espera para recibir un medicamento inyectable llamado omalizumab, que se utiliza comúnmente para tratar la urticaria crónica espontánea, y que podría ofrecerle, por fin, una solución efectiva.

Tratamiento y prevención

El manejo de la urticaria por frío se basa en gran medida en la prevención, más que en un tratamiento específico y efectivo. Se aconseja a los afectados evitar la exposición al frío, usar ropa adecuada y eliminar la ingesta de alimentos y bebidas frías. En casos leves, los antihistamínicos son la primera línea de defensa; en los casos más severos, se opta por la administración de adrenalina o corticoides.

Un diagnóstico acertado es crucial, dado que existen numerosos factores que pueden provocar urticarias y reacciones en la piel, lo que a menudo puede llevar a confusiones con la que es provocada por el frío.

Así que, la próxima vez que disfrutes de un helado, recuerda: ¡puede que haya quienes no puedan hacerlo! La historia de Hanna es un claro recordatorio de cómo el Covid-19 sigue dejando huellas, y demuestra la importancia de estar siempre alerta a nuestra salud.