¡Increíble! La sorprendente historia del primer astronauta estadounidense que casi se electrocuta por orinar en el espacio
2024-11-26
Autor: José
En la década de 1960, el mundo vivía una intensa competencia espacial entre dos gigantes: Estados Unidos y la Unión Soviética. La carrera por ser el primero en enviar a un hombre al espacio era feroz, y mientras los soviéticos lo lograron con una misión secreta, los estadounidenses optaron por hacer un gran espectáculo mediático. Ambos países celebraron sus éxitos, pero la U.R.S.S. se llevó la gloria inicial al enviar a Yuri Gagarin al espacio 23 días antes que Alan Shepard, el valiente astronauta seleccionado por EE.UU.
Un grupo de 500 aspirantes pasó por pruebas exhaustivas, de los cuales solo siete lograron formar parte del selecto grupo conocido como The Mercury Seven. Alan Shepard se convirtió en un héroe el 5 de mayo de 1961 al ser el segundo hombre y el primer estadounidense en viajar al espacio. Pero, antes del despegue, Shepard disfrutó de un desayuno completo, lo cual sería crucial para una experiencia inolvidable.
El peligro de una necesidad fisiológica
Mientras estaba en la cabina de la Mercury-Redstone 3, conocida como Freedom 7, Shepard enfrentó una situación muy incómoda: la falta de un baño. A medida que el lanzamiento se retrasaba, él sentía la creciente urgencia de orinar, algo que lo llevó a un momento de gran tensión personal. Neal Thompson, su biógrafo, describe la angustia de Shepard: “El mundo entero estaba mirando, JFK estaba observando. En el gran momento de su carrera, él solo podía pensar en la necesidad de ir al baño”.
En ese entonces, la NASA no tenía un protocolo que cubriera esta eventualidad. Shepard pidió permiso para vaciar su vejiga, pero el explícito rechazo de la NASA lo dejó sin opciones viables. Se le sugirió desconectar las conexiones eléctricas de su traje espacial y simplemente orinarse encima. Aunque surrealista, fue lo que tuvo que hacer, lo que llevó a una serie de eventos que podrían haber terminado de forma catastrófica si las circunstancias hubieran sido diferentes.
El lanzamiento se llevó a cabo sin mayores inconvenientes, pero la anécdota de cómo el primer astronauta estadounidense casi se electrocutó debido a su propia orina se convirtió en un relato legendario en la historia de la NASA. Esta experiencia resaltó la falta de preparación para situaciones inesperadas y la presión extrema a la que se enfrentaban los astronautas. ¡Quién diría que la historia del espacio también incluiría un toque de humor y humanidad en medio de la ciencia! Hoy en día, los trajes espaciales han evolucionado enormemente y cuentan con sistemas más complejos para manejar necesidades fisiológicas en el espacio.