Un episodio aterrador sacudió a la familia de los príncipes de Gales, Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, el pasado domingo 17 de noviembre, cuando unos intrusos encapuchados entraron al castillo de Windsor. Mientras la familia real, incluyendo a sus tres hijos, George, Charlotte y Louis, dormía plácidamente a pocos metros, los ladrones perpetraron un audaz robo.

De acuerdo con informes de Daily Mail, los delincuentes utilizaron un camión robado para romper una puerta de seguridad del castillo. Su objetivo era robar vehículos agrícolas, y tras alcanzar su propósito, huyeron en una camioneta y un quad que habían sustraído de un granero cercano en Shaw Farm.

Las circunstancias del ataque son sorprendentes: Guillermo, Kate y sus hijos se encontraban durmiendo en Adelaide Cottage, la residencia oficial de los príncipes, y los asaltantes lograron entrar justo cuando los agentes armados concluían su turno de vigilancia en las entradas del castillo. La puerta que destruyeron es conocida por ser la más cercana a su residencia.

Al parecer, estos ladrones habían estado monitoreando el área durante algún tiempo. Una fuente anónima mencionó que, a pesar de que había alarmas en el castillo, la primera noticia del robo llegó cuando los ladrones atravesaron la barrera de seguridad en Shaw Farm. "Era un domingo por la noche en plena semana escolar, lo que explica por qué la familia real estaba en el lugar", subrayó el informante.

En ese momento, el rey Carlos III se encontraba en Escocia y se ha indicado que Camila estaba en India, aumentando la sensación de vulnerabilidad en la familia real.

La policía de Thames Valley confirmó que recibieron el aviso del robo alrededor de las 11:45 p.m. y que los ladrones se llevaron una camioneta Isuzu negra y un quad rojo, dirigiéndose rápidamente hacia Old Windsor.

Por ahora, no se han realizado arrestos, y la investigación continúa. Cabe destacar que la familia de los príncipes de Gales se mudó a Adelaide Cottage durante el verano de 2022, buscando una residencia que no requería modificaciones ni complejas medidas de seguridad, en contraste con las extensas renovaciones que emprendieron el príncipe Harry y Meghan Markle en Frogmore Cottage.

No es la primera vez que el castillo de Windsor enfrenta un evento tan inquietante. En diciembre de 2021, un intruso con una ballesta logró escalar una valla y proclamó su intención de matar a la reina Isabel II, lo que resalta la escalofriante frecuencia con la que ocurren este tipo de incidentes en los terrenos reales.

Por otro lado, el príncipe Guillermo había estado ocupado justo antes del robo, participando en actividades en Irlanda del Norte con el objetivo de abordar problemas sociales como la falta de vivienda. En su visita, se interesó por un proyecto que busca ofrecer apoyo a jóvenes saliendo del sistema de acogida, un tema candente y relevante en el Reino Unido.

Este asalto no solo expone la fragilidad de la seguridad del castillo, sino que también suscita preguntas sobre la protección de la familia real en un mundo cada vez más impredecible.