En un giro inesperado de los acontecimientos, la guerra comercial que ha desatado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado fuera a varios países que tradicionalmente han sido blanco de sanciones económicas, incluida Rusia, un notorio aliado de Putin.

Este miércoles, la Casa Blanca anunció que Rusia, Cuba, Corea del Norte y Bielorrusia quedan exentos de la nueva ronda de aranceles globales. La razón, según funcionarios de la administración Trump, es que estos países ya enfrentan severas sanciones que limitan drásticamente su comercio.

Para Rusia, esta decisión representa un respiro en medio de las tensiones internacionales, dado que Washington ha mostrado cierto grado de flexibilidad en las negociaciones sobre un alto el fuego en Ucrania desde la llegada de Trump al poder.

Un alto funcionario de la Casa Blanca mencionó al diario The New York Times que “ya enfrentan aranceles extremadamente altos”, lo que dificulta cualquier comercio significativo con estas naciones.

Mientras tanto, Trump ha declarado un nuevo arancel del 10 % que se aplicará a todos los países que, a su juicio, han establecido barreras comerciales a productos estadounidenses. Sin embargo, se introducirá un arancel adicional más severo para aquellos que él califica como los “peores infractores” del comercio internacional.

Esto significa que, a partir del 5 de abril, China enfrentará un arancel del 34 %, la Unión Europea del 20 %, Japón del 24 %, India del 26 %, Israel del 17 % y la mayoría de los países latinoamericanos del 10 %. Estos cambios buscan que las empresas estadounidenses regresen y generen empleos dentro del país.

Sin embargo, los expertos advierten que estas medidas podrían llevar a un aumento en el costo de vida para los ciudadanos estadounidenses, un efecto inesperado de una política que se había prometido como un salvavidas para la economía nacional. La estrategia de Trump continúa siendo motivo de controversia y análisis, mientras el mundo observa de cerca su impacto.