La escasa fiscalidad de los coches eléctricos en España

¿Sabías que en España un coche eléctrico paga solo 3 euros menos en impuesto de circulación que uno de gasolina? Un estudio revelador de Transport & Environment (T&E) destaca la falta de incentivos fiscales para los vehículos eléctricos en nuestro país, donde la diferencia en impuestos es de las más pequeñas de Europa.

Un diferencial preocupante

Mientras que en España, el impuesto de circulación para coches eléctricos es apenas 3 euros inferior al de combustión, en países como Francia y Portugal la diferencia asciende a cifras alarmantes: 1.533 euros en Francia y 186 euros en Portugal. Esta situación hace que un coche eléctrico nuevo a veces pague más que un viejo modelo de gasolina.

Un panorama que necesita cambio

El análisis de este impuesto es crucial para la transformación del sector automovilístico español. A pesar de que se esperaba una reforma obligatoria antes de junio de 2022, sigue siendo una asignatura pendiente. Óscar Pulido, experto en electrificación de flotas, advierte que sin cambios en la normativa fiscal, España quedará atrás en la carrera hacia la descarbonización de la movilidad.

Comparaciones inquietantes con otros países

En contraste con Portugal, donde un 21,6% de los nuevos vehículos de empresa son eléctricos, España se estanca con solo un 4,4%. El país vecino, con un mercado similar al nuestro, ha comenzado la renovación de su flota gracias a una adopción más amplia de vehículos eléctricos.

La urgencia de adaptarse a la electromovilidad

Con un 46,8% de los turismos en España con más de 15 años, la necesidad de actualizar la flota es acuciante. Si queremos competir con otros países europeos donde la electrificación avanza a pasos agigantados, es imperativo repensar y reformar nuestras políticas fiscales.

Conclusión: España debe poner el acelerador en la electromovilidad

Para que España adopte verdaderamente la electrificación, no solo es necesario mejorar el impuesto de circulación, sino también reformar otros aspectos fiscales que promuevan la compra de vehículos menos contaminantes. La oportunidad está aquí, y es hora de que España responda al desafío de la movilidad eléctrica.