Mariona Falomi, una joven española que vive en Atlanta como au pair, solo quería comprar leche. Sin embargo, al llegar al pasillo de lácteos de un supermercado, se encontró con precios que la dejaron boquiabierta. "¡Diez dólares por un galón de leche!" exclamó Mariona en un video viral de TikTok que ya ha acumulado miles de visualizaciones y comentarios.

La joven comparó su experiencia con las compras en Mercadona, donde los precios son considerablemente más bajos, y recordó cómo se sentía al ver etiquetas en Estados Unidos. A su paso por el pasillo, no solo se sorprendió por el costo, sino también por las diferencias en la oferta: un área dedicada a productos orgánicos y otra a lácteos no orgánicos, con precios que van desde los 6,99 a los 9,49 dólares por galón.

Para dar contexto, un galón equivale a 3,78 litros, lo que significa que el precio de un litro se eleva a aproximadamente 2,65 dólares. En comparación, en España, algunas marcas de leche están cerca de los 2 euros, pero ofrecen una mejor variedad: ecológica, sin lactosa, de pastoreo… y en envases de un litro, no de grandes garrafones.

Mariona, con un tono de resignación pero también de humor, bromeó sobre el cuidado que deben recibir las vacas en EE. UU. para justificar esos precios desorbitados. Sin embargo, muchos residentes locales eligen cadenas como Walmart, donde los precios son más accesibles.

Los comentarios en su video son un festival de reacciones. Algunos defienden que en EE. UU. los salarios son más altos, lo que equilibra el aumento en el costo de productos. Otros advierten sobre la falta de regulaciones en la industria alimentaria que podrían permitir la venta de ciertos productos lácteos que serían imposibles en Europa.

"El litro acaba costando lo mismo, pero aquí compras lo que realmente necesitas, no lo que te imponen" es la reflexión de otros usuarios. Además, el choque cultural no se limita a la leche: muchos comentan la escasez de productos frescos, apuntando que la experiencia de compra es muy distinta.

Al final, la experiencia de Mariona revela una sensación común entre aquellos que se mudan a EE. UU.: pagar más por menos y añorar la comodidad y los precios asequibles de cadenas como Mercadona. Mientras más exploran, más se dan cuenta de que el precio no es solo un número, sino una representación de la calidad y disponibilidad de los productos.