El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha dado un giro inesperado al anular el despido de un trabajador por una carta que los jueces calificaron de 'impresentable'. Según el fallo, esta carta parecía haber sido tomada de otra empresa, descargada de internet o incluso redactada por inteligencia artificial, lo que plantea serias preguntas sobre las prácticas de recursos humanos en muchas empresas.

El demandante, un empleado de la empresa Hugo Giro, S.L., fue contratado el 2 de noviembre de 2021 con un contrato indefinido a jornada completa, desempeñando el rol de oficial de primera marmolista y ganando un salario bruto anual de 27.183,80 euros. Sin embargo, su situación laboral se complicó tras un reconocimiento médico preventivo en junio de 2022, donde se le diagnosticó una condición que requería evitar la exposición al polvo de sílice, un material peligrosamente asociado con problemas respiratorios.

El despido llegó el 30 de septiembre de 2022, solo cuatro días después de que el trabajador se reincorporara tras dos bajas por incapacidad temporal. La carta de despido lo acusaba de una supuesta disminución de rendimiento, pero no presentaba pruebas claras de dicha falta. Esto generó una controversia considerable, ya que el trabajador argumentó que su despido era discriminatorio debido a su estado de salud.

En agosto de 2023, el trabajador fue diagnosticado con silicosis, un grave problema respiratorio relacionado con la exposición continua al sílice, lo que llevó a judicializar su situación. El Juzgado de lo Social número 16 de Barcelona falló el 1 de diciembre de 2023 a favor del trabajador, declarando el despido nulo por motivos de discriminación. La empresa intentó apelar esta decisión, pero el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña confirmó la nulidad del despido, basándose en lo mal redactada que estaba la carta.

Los magistrados no escatimaron en críticas hacia el documento, resaltando su falta de rigor y coherencia. Según el tribunal, la carta incluso mencionaba erróneamente que la empresa se dedicaba al comercio de prendas de vestir, lo que claramente sugiere que fue copiada o redactada sin el debido cotejo de los hechos reales. Este caso resuena en un contexto donde el uso de inteligencia artificial en la redacción de documentos laborales se vuelve cada vez más frecuente, pero plantea preocupaciones sobre la calidad y la legalidad de dichos procesos.

Este incidente no solo subraya la importancia de la documentación adecuada en el ámbito laboral, sino que también lanza una advertencia sobre la dependencia excesiva de tecnologías que pueden carecer de la precisión necesaria para manejar asuntos tan serios como el despido de un empleado. A medida que las empresas buscan modernizar sus procesos, deben considerar las implicaciones éticas y legales de sus elecciones.