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Irán Activa su Diplomacia de Emergencia Ante la Amenaza de Israel por Ataques con Misiles

2024-10-11

Autor: Manuel

Irán se encuentra en una situación de tensión extrema, generada por el temor de que Estados Unidos no logre persuadir a Israel de que no ataque sus instalaciones nucleares y campos de petróleo. Además, Hezbollah, su principal aliado en la región, ha sufrido un debilitamiento significativo debido a las operaciones militares israelíes en las últimas semanas.

Las autoridades estadounidenses han estado en comunicación constante con Israel para discutir la respuesta al ataque de Irán del 1 de octubre. En una conversación reciente, el presidente Joe Biden instó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a que cualquier represalia sea 'proporcional'.

La preocupación por la estabilidad en el Golfo Pérsico se ha intensificado, con países como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Qatar alertando a Estados Unidos sobre el impacto económico y ambiental que podría tener un ataque israelí a las instalaciones petroleras iraníes. Según un diplomático árabe, estos estados desean evitar cualquier escalada militar que desestabilice a la región.

El Gobierno de Biden teme que la serie de ataques entre Irán e Israel, que se intensificaron tras un ataque israelí a lo que Irán describió como su consulado en Damasco, pueda desembocar en una guerra regional que involucre a Estados Unidos.

La influencia de EE. UU. sobre Israel parece haber disminuido en el último año. Israel ha desacatado las solicitudes estadounidenses para evitar la violencia en Líbano, donde los recientes bombardeos han ocasionado más de 1.400 muertes desde el mes pasado. Además, Israel no consultó con Washington antes de realizar un ataque que destruyó equipos de Hezbollah, lo que violó un reciente intento de alto el fuego promovido por Estados Unidos y Francia.

A pesar de la creciente disparidad entre las posiciones de EE. UU. e Israel, el gabinete de seguridad israelí todavía no ha definido su próximo paso. Un funcionario del Gobierno de EE. UU. expresó su desconfianza sobre el nivel de comunicación entre ambos países, señalando que no siempre tienen claro qué planea hacer Israel.

Hasta hace poco, Israel no había garantizado que no atacaría las instalaciones nucleares iraníes. Durante años, Israel ha planeado operaciones contra el programa nuclear de Irán y ha estado implicado en asesinatos de científicos nucleares iraníes. Entre sus ataques cibernéticos más notorios se encuentra el virus Stuxnet, que logró penetrar en las instalaciones nucleares de Natanz.

En una advertencia contundente, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, afirmó que cualquier futura acción militar sería 'poderosa, precisa y sorprendente'. Esto resuena con los temores de los estados del Golfo, quienes están intentando mantenerse neutrales.

Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar han comunicado a EE. UU. e Irán que no permitirán que Israel use su espacio aéreo para llevar a cabo ataques. Asimismo, Jordania ha tomado una postura similar, decretando protección sobre su territorio ante cualquier incursión no autorizada.

Aunque EE. UU. cree que Irán no busca una guerra a gran escala con Israel, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, señaló que Netanyahu es el único interesado en un conflicto regional por motivos políticos.

A través de canales indirectos, Estados Unidos ha instado a Teherán a medir su respuesta en caso de un ataque israelí. Qatar ha jugado un papel mediador al transmitir mensajes entre EE. UU. e Irán. Sin embargo, las respuestas internas en Irán sobre cómo reaccionar a Israel varían, dependiendo de la magnitud del ataque israelí.

Irán ha tejido redes diplomáticas para obtener apoyo de Arabia Saudita, buscando que este país use su influencia en Washington para evitar un conflicto. Funcionarios de ambas naciones han mantenido un diálogo activo, y Araghchi realizó recientemente un viaje a Arabia Saudita para 'consultar sobre desarrollos regionales'.

La atención internacional está fija en Israel y su próxima decisión. Sin embargo, hasta el sábado por la noche, gran parte de Israel estará en pausa debido a Yom Kipur, la festividad más sagrada del judaísmo, con la mayoría de las actividades cerradas, incluidos aeropuertos y servicios públicos. Esta situación tensa pone a la región en un estado de anticipación, con posibles consecuencias de vasta magnitud en el horizonte.