El 28 de marzo de 2025, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) absolvió a Dani Alves del delito de agresión sexual que lo había llevado a una condena de cuatro años y medio de prisión. El exfutbolista pasó 14 meses tras las rejas y fue liberado bajo fianza de un millón de euros, una resolución que ha dejado a muchos boquiabiertos y ha reavivado el debate sobre la justicia en casos de violencia sexual.

Después de que se conociera la noticia, Joaquín Prat, presentador de 'Vamos a ver', indicó que el entorno de Alves estaba aliviado por la decisión del tribunal. Sin embargo, Joana Sanz, esposa del exjugador, decidió romper su silencio y expresar sus sentimientos a través de un potente comunicado en sus redes sociales.

En su mensaje, Joana Sanz dejó claro lo que ha enfrentado en los últimos años: «Me señalaron, me insultaron, me amenazaron y me persiguieron durante dos años. Como si la que estuviese en el banquillo de los acusados fuera yo». A pesar de las adversidades, la modelo reafirmó su fortaleza: «A pesar de tanto daño mediático, sigo en pie, sin faltarme trabajo como tanto deseaban que me sucediera, fiel a mis creencias y defendiendo lo que pienso». Su(tweet incluyó un poderoso llamado a la reflexión: «Les invito a que dejen de descargar su odio en personas que no conocen, que se documenten y eduquen, antes de que tengan que tragarse sus propias palabras».

Es importante mencionar que el tumultuoso proceso legal tuvo repercusiones significativas en la vida de Joana. Después de que estallara el escándalo, decidió hacer una pausa en su carrera en el mundo de la moda. Hablando de su experiencia, compartió: «Estos dos últimos años me vi obligada a trabajar con una sonrisa, tragándome las lágrimas del dolor, porque es lo que hay si quieres pagar las cuentas. Sin embargo, trabajar en este sector me ayudó a no hundirme, aunque no me permitió establecer un hogar ni dejarme querer como necesitaba».

El matrimonio entre Joana y Dani también ha sido objeto de intensos rumores, con especulaciones sobre una posible separación. No obstante, en un acto de defensa y amor, Joana fue clara: «Y sí, somos felices, y a quien le moleste, que no mire». A medida que su historia y su lucha se despliegan en las redes, queda claro que Joana Sanz no solo se está levantando tras la tormenta, sino que también está dispuesta a desafiar el juicio público y luchar por su felicidad.