Ciencia

José Luis Trejo, neurocientífico: "Caminar 20 minutos genera neuronas"

2024-11-25

Autor: María

El sedentarismo ha sido señalado por el neurocientífico José Luis Trejo como "el enemigo a batir". Esta afirmación, más que un simple lema, subraya la necesidad de mover no solo los músculos y el corazón, sino también de activar nuestro cerebro. Trejo, quien lidera el grupo de Estilo de Vida y Cognición en el Instituto Cajal, investiga cómo el ejercicio físico impacta nuestras capacidades cognitivas, haciendo hincapié en la neurogénesis: la formación de nuevas neuronas.

A lo largo de millones de años de evolución, el cerebro ha desarrollado la necesidad de actividad física y cognitiva para funcionar de manera óptima. Así, se hace evidente que, para mantener nuestro cerebro en la mejor forma posible, el ejercicio regular es esencial. Un dato alarmante, como apunta Trejo, es que el cerebro adulto, en estado de inactividad, fracasa en la producción de nuevas neuronas, limitándose a un mínimo que no favorece su salud ni su capacidad de aprendizaje.

El ejercicio no solo promueve la creación de nuevas neuronas, sino que también mejora las funciones de memoria. Trejo explica que a través de la actividad física, especialmente aquella que involucra el hipocampo, se potencia la habilidad de aprender y memorizar, sobre todo en cuanto a información espacial. Esto se debe a que las nuevas neuronas que se generan están asociadas con la capacidad del cerebro para distinguir entre objetos similares pero diferentes, un proceso conocido como separación de patrones.

Además, el bienestar cerebral no solo depende de la creación de neuronas, sino también de la eficiencia de las que ya existen. Un cerebro sedentario tiende a funcionar en mínimos, lo que significa que su eficacia metabólica, sináptica y el número de sinapsis entre neuronas también son subóptimos. Esto se traduce en una menor capacidad cognitiva y un riesgo más alto de deterioro en la salud cerebral.

¿Qué tipo de ejercicio se recomienda? Generalmente, cualquier forma de actividad física puede generar mejoras. Desde correr, andar en bicicleta, levantar pesas, hasta simplemente caminar. Sin embargo, Trejo señala que es fundamental que la intensidad del ejercicio eleve la frecuencia cardiaca. No obstante, hay un límite: más allá de una cierta frecuencia, los beneficios tienden a disminuir, un fenómeno conocido como la curva hormética. Por lo tanto, realizar ejercicio de manera progresiva es la clave para optimizar estos beneficios.

Para aquellos que prefieren actividades más sencillas como caminar, Trejo asegura que un paseo de 20 minutos puede activar áreas del cerebro y fomentar la formación de nuevas neuronas. Aunque caminar no eleva significativamente la frecuencia cardiaca como otros ejercicios, sigue siendo una opción válida. Con hacer de la actividad un hábito diario, los beneficios se acumulan y se consolidan.

Es importante destacar la personalización del ejercicio. La cantidad de pasos que debe dar una persona varía según su edad y condición física. Trejo sugiere que el objetivo debe ser activar ciertas áreas cerebrales, lo que implica que cada individuo necesite un plan adaptado a sus capacidades.

Respecto al ritmo, también varía según la finalidad. Para maximizar el beneficio cognitivo del ejercicio, la clave está en alcanzar un aumento de la frecuencia cardiaca adecuado, sin sobrepasar la curva hormética.

Una recomendación esencial: si decides caminar, hazlo acompañado y preferiblemente en la naturaleza, ya que se ha demostrado que el ejercicio social y al aire libre brinda beneficios significativamente mayores que realizarlo en solitario o en ambientes cerrados. Así que, ¿qué esperas para dar ese paseo transformador? ¡Tu cerebro te lo agradecerá!