José Miguel Jiménez Carvajar, originario de Atarfe, ha alcanzado un papel fundamental en el mundo de la ciencia como jefe del Departamento de Tecnologías en el CERN, el mayor laboratorio de física del planeta, situado en Ginebra. Este insigne científico, que ha vivido parte de su vida en África, comparte su vasta experiencia y conocimiento en el vital evento 'La Gran Ciencia y su impacto económico en el entorno', que se llevará a cabo este martes en la Cámara de Comercio de Granada.

Nacido en 1968, Jiménez destaca no solo por su trayectoria profesional, sino también por su profunda conexión con Granada, donde ha pasado muchos veranos de su infancia. Durante una videoconferencia, comentó que la conexión con su tierra siempre ha sido fuerte, incluso encontrando vínculos familiares inesperados: "La abuela de mi esposa también era atarfeña", dijo con nostalgia.

El CERN, donde se gestaron tecnologías como internet, se define como una organización que empuja los límites del conocimiento. Jiménez asegura tener "sangre de Atarfe" y reflexiona sobre cómo Granada está evolucionando en el ámbito científico, destacando la necesidad de crear un ecosistema que atraiga a más investigadores y tecnologías innovadoras.

El potencial de Granada en la ciencia

Jiménez considera que la ciencia puede ser un motor para el crecimiento económico de Granada. "Las universidades y escuelas de ingeniería están alineadas, y la competencia con Sevilla es saludable", afirma. Sin embargo, lamenta que el dilema del trabajo para las parejas de los investigadores limita la atracción de talento a la región.

El futuro parece prometedor, especialmente con proyectos como IFMIF Dones, que busca ser una piedra angular en la investigación sobre fusión nuclear. Este proyecto no solo aportará conocimientos técnicos, sino también una cantera de talentos, afirmando que podría convertir a Granada en un semillero de doctores y científicos.

La infraestructura y las oportunidades

El IFMIF Dones se presenta como una instalación avanzada que podría dar un gran impulso a la investigación y ofrecer muchas oportunidades laborales a jóvenes graduados. Las investigaciones llevadas a cabo en este centro tendrían repercusiones en múltiples campos, desde la energía hasta la medicina, vinculando el desarrollo tecnológico a las necesidades sociales.

Jiménez, al hablar de los jóvenes científicos que han tenido que abandonar la región por falta de oportunidades, mantiene una visión esperanzadora: "La calidad educativa de nuestros talentos es alta, y debemos aprovechar el potencial que tienen para enriquecer nuestra comunidad".

El desafío del futuro

Sin embargo, se enfrenta a un desafío constante de competitividad, ya que la sostenibilidad de estos proyectos requerirá actualización constante y financiamiento significativo. "Los países que no invierten en ciencia perderán relevancia en el futuro", advierte. Al final, lo que se necesita es un compromiso de inversión y un cambio en la percepción sobre el valor de la ciencia en la sociedad.

Finalmente, Jiménez concluye con una llamada a la acción, enfatizando que "la ciencia debe acercarse a la sociedad", ya que la innovación, la investigación y la educación son fundamentales para preparar a la próxima generación para enfrentar los retos globales. ¿Acaso Granada se convertirá en el nuevo epicentro de la ciencia? Solo el tiempo lo dirá.