El silencio persiste. Muchos pacientes que enfrentan un diagnóstico de cáncer de próstata o tumores genitourinarios, que incluyen cánceres de riñón, vejiga, pene, testículos y uretra, optan por no hablar de su situación. Este silencio es especialmente notable entre hombres jóvenes que desarrollan cáncer testicular, común entre las edades de 15 y 25 años. Este tipo de cáncer, a menudo no relacionado con factores de riesgo evitables, contrasta con el cáncer de próstata, que es frecuente en hombres mayores, especialmente aquellos por encima de los 50 años.

"El silencio que rodea a estas enfermedades es problemático. Necesitamos aprender de la valentía de las pacientes con cáncer de mama que han roto tabúes y han generado conciencia", comentó Julio Lambea, oncólogo del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa y presidente del Comité Técnico de la Asociación Española Contra el Cáncer en Zaragoza.

El Dr. Lambea hace un llamado a los pacientes para que comprendan que "no están solos en su lucha. Es esencial que compartan sus sentimientos y necesidades, lo que puede ayudar a avanzar en nuevas formas de tratamiento y apoyo".

Un interrogante común entre los afectados es: "¿Por qué a mí?". Aunque el cáncer testicular no tiene causas claras, se ha relacionado en algunos casos con una condición llamada criptorquidia, donde uno o ambos testículos no descienden al escroto durante el desarrollo fetal. Esto ocurre en el 3% de los recién nacidos, y aquellos con esta condición tienen un mayor riesgo.

En términos de prevención, no existen métodos específicos para evitar el cáncer testicular. Sin embargo, el diagnóstico temprano es crucial. El Dr. Jorge Rioja, urólogo de la Unidad de Próstata del Hospital Viamed Montecanal, enfatiza la importancia de la autoexploración testicular y sugiere que cualquier anomalía detectada debe ser consultada con un médico de inmediato. "Este tipo de cáncer tiene un alto índice de curación si se detecta a tiempo", aclara.

Los tratamientos para el cáncer testicular varían según el tipo de tumor, siendo los seminomas los de mejor pronóstico. Las opciones incluyen cirugía, radioterapia y quimioterapia, siendo esencial la preservación del esperma antes de iniciar tratamientos que puedan causar infertilidad.

En cuanto al cáncer de próstata, que es el más común entre los hombres, factores como la edad, la raza y antecedentes familiares son determinantes. Las estadísticas indican que aquellos con familiares cercanos diagnosticados con esta enfermedad tienen un riesgo significativamente mayor. La detección precoz, a través de consultas médicas desde los 45 años, es vital para mejorar las expectativas de tratamiento y resultado.

La identidad masculina también está en juego para los pacientes de cáncer testicular. La pérdida de un testículo puede impactar la percepción de la sexualidad y la autoimagen. Nuria Pérez, psicóloga y psicooncóloga de la AECC, explica que la adaptación emocional tras un diagnóstico de cáncer puede variar enormemente entre pacientes. "Algunos pueden experimentar un largo duelo, mientras que otros podrían adaptarse más rápidamente. Lo importante es abordar estos temas en consulta para facilitar el proceso de adaptación", concluyó.

La promoción de la salud mental y de la comunicación abierta sobre estas enfermedades podría ayudar a desestigmatizar el cáncer de testículos y próstata, alentando a más hombres a buscar apoyo y tratamiento.