La Agencia Española de Meteorología (Aemet) ha afirmado este sábado que el Gobierno valenciano contaba con la información necesaria para advertir a los ciudadanos sobre el riesgo de riada antes de que la situación se tornara crítica. Este desfase se produjo el 29 de octubre, cuando el presidente regional, Carlos Mazón, mantuvo su agenda y disfrutó de una comida en un reservado de un restaurante famoso de Valencia hasta las 18:00 horas.

La Aemet ha desmentido la versión defendida por Mazón, quien cargó la responsabilidad de la gestión de la crisis, que ha dejado un saldo trágico de 218 muertos, en organismos como la propia Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar.

Dentro de la cronología de los eventos, a lo largo de la mañana se hicieron advertencias sobre el riesgo en localidades sin lluvias, como Paiporta, donde no debía haber complacencia ante la posibilidad de inundaciones. Además, la Aemet alertó al Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) sobre el peligro de rotura de la presa de Forata a las 17:33 horas, mientras que la infraestructura se encontraba en un nivel crítico de riesgo.

El Cecopi, consciente de la gravedad de la situación, tuvo la posibilidad de emitir un aviso masivo a la población más de dos horas antes de que se decidiera alertar a los ciudadanos, que ya estaban lidiando con inundaciones en numerosos municipios. Por su parte, la Generalitat argumentó que mantuvo contacto con la Confederación Hidrográfica y emitió alertas a los municipios, pero también enfrentó contradicciones en sus versiones.

En una serie de declaraciones que se han sucedido entre Aemet y el gobierno regional, Mazón ha exigido que se aclare si el Gobierno de España conocía la información de la presa desde las 17:30 horas. Esto, a pesar de que los registros indican que la administración autonómica ya estaba al tanto de la situación. Las tensiones aumentan a medida que surgen preguntas sobre por qué la gestión de emergencia no se activó con más antelación.

Aumento de críticas también surgió tras la revelación de que la Jefatura de Emergencias no había funcionado adecuadamente, ya que según Aemet, durante el tiempo crítico, entre las 17:00 y las 19:00 horas, no se tomaron decisiones clave, y la reunión del Cecopi se interrumpió momentáneamente, según algunas versiones. Sin embargo, esto fue desmentido por la Consejería de Interior, que alegó que la reunión se mantuvo activa y bajo seguimiento continuo.

La situación alcanzó su punto crítico cuando, a las 19:45 horas, el Cecopi finalmente informó de que la situación de la presa de Forata podría empeorar, y la alerta masiva a móviles se envió a las 20:11, justo cuando Mazón llegó a la reunión del Cecopi.

En medio de la confusión, Mazón también lanzó acusaciones contra el jefe de climatología de Aemet en Valencia, pero la agencia defendió su posición y desmintió afirmaciones de un aviso finalizado antes de la hora crítica. Aportaron aclaraciones sobre cómo funcionan los sistemas de alerta y recalcaron que mantuvieron el aviso rojo mientras la situación se deterioraba.

Este escándalo se convierte en un tema candente en la comunidad valenciana, donde la falta de acción oportuna ha suscitado el clamor popular por la rendición de cuentas, mientras los ciudadanos aún sufren las consecuencias devastadoras de una tragedia que pudo haberse evitado con una gestión más eficaz de la emergencia.