La Unión Nacional de Picadores y Banderilleros ha salido al paso de las recientes acusaciones dirigidas hacia ellos, resaltando que no son los responsables de la crisis financiera que afecta al mundo taurino. David Prados, presidente de la unión, ha asegurado que las pérdidas reportadas, unas doce millones de euros, no son atribuibles a su gremio, que supuestamente ha recibido tres millones de euros. «La ruina no somos nosotros. ¿Dónde están las pérdidas de los otros nueve millones?», cuestionó.

Además, Prados denuncia la práctica de la piratería, que afecta gravemente a la industria taurina. «Es un verdadero escándalo que algunos se jacten de ver corridas a través de medios ilegales y luego quieran recibir beneficios del sector. Debemos pagar por lo que consumimos, venga de donde venga, y no podemos aceptar que se cobre y a la vez se consuma en modo pirata», recalcó.

Antonio José Martínez, abogado de la organización, agregó que están cansados de ser considerados los culpables en este conflicto. «Siempre se nos señala como los culpables, pero el verdadero pastel se lo reparten otros», afirmó, haciendo alusión a los cambios de operadores y la falta de transparencia en la toma de decisiones que afectan al sector.

Sobre la reciente transición de Movistar a Onetoro como operador de televisión, Martínez argumentó que las decisiones fueron tomadas lejos del gremio, sin consulta previa a los afectos. Se mencionó que, por ejemplo, el contrato en Las Ventas ascendió a cinco millones, el doble de lo que se pagaba anteriormente, lo cual confronta la narrativa de que son los picadores y banderilleros quienes están drenando recursos.

Se indagó sobre una posible falta de cobertura televisiva en Torrejón de Ardoz, a lo que Prados respondió: «No hemos recibido información al respecto, pero es común que se nos acuse de ser el obstáculo. Siempre hemos colaborado en eventos benéficos y no somos los negativos de la película. Continuamos cobrando los mismos derechos que antes de la pandemia, mientras que las empresas han duplicado lo que reciben. ¿A dónde va el resto de ese dinero?», preguntó con inquietud.

Finalmente, en relación al informe que Onetoro ha encargado a un despacho de abogados sobre derechos de imagen, los representantes de la unión lo han calificado como una amenaza. A pesar de las dificultades, el mensaje es claro: «Siempre procuramos mejorar, como todo el mundo, pero nuestra dedicación es y será hacia el trabajo por la fiesta. ¿Queremos que Onetoro siga? Claro que sí; deseamos la participación de más operadores para dar mayor visibilidad a la tauromaquia. Buscamos el bienestar colectivo.»