La inteligencia artificial (IA) ha marcado un hito esta semana al recibir reconocimiento en los prestigiosos Premios Nobel de Física y Química. Estos galardones resaltan el profundo efecto que la tecnología está teniendo en diferentes esferas de nuestra vida, pero también han generado una acalorada discusión entre investigadores sobre cómo se relaciona la IA con estas disciplinas científicas.

Jonathan Pritchard, astrofísico del Imperial College de Londres, expresó su desconcierto en redes sociales, mencionando: "No tengo palabras. Me apasionan el aprendizaje automático y las redes neuronales artificiales, pero me cuesta ver cómo esto se alinea con un descubrimiento de la física." Esta opinión resuena con muchos que piensan que la prestigiosa premiación podría haberse dejado influir por la euforia que rodea a la inteligencia artificial.

Tradicionalmente, el Premio Nobel se otorga a investigaciones que han sido desarrolladas a lo largo de décadas, lo que plantea la pregunta: ¿Es la IA realmente el futuro de la ciencia?

Entre los galardonados se encuentra Geoffrey Hinton, uno de los pioneros en el campo de la IA, y el físico John Hopfield, quienes han trabajado desde los años 80 en la creación de redes neuronales artificiales. Un día después del anuncio del premio de Física, el CEO de Google DeepMind, Demis Hassabis, junto con otros destacados investigadores, recibió el Nobel de Química por su innovador trabajo relacionado con la predicción de estructuras de proteínas, un problema que ha asediado a los científicos durante 50 años.

Según Hassabis, aún es pronto para afirmar que la IA está presente en todos los premios y enfatizó que el ingenio humano sigue siendo primordial en la búsqueda de respuestas y en el desarrollo de hipótesis.

El debate sobre el encaje de la IA en disciplinas como la física y la química sigue candente. David Vivancos, director de MindBigData.com, argumentó que aunque admira los logros de Hinton y Hopfield, la IA no debe considerarse como parte de la física a menos que se conciba la física como un campo que lo abarque todo. The Oxford English Dictionary define la física como "la rama de la ciencia que se ocupa de la naturaleza y las propiedades de la materia no viva y la energía", algo que contrasta con la naturaleza más abstracta de la IA.

Sin embargo, en el contexto de la química, podría haber un argumento a favor de la relación, especialmente en el ámbito de la química computacional, que utiliza simulaciones por ordenador para resolver complejos problemas químicos. Andy Cooper, catedrático de Química en la Universidad de Liverpool, destacó que el trabajo sobre proteínas de IA tiene aplicaciones inmensas en biología y medicina.

Vivancos sugirió que si la IA debe ser reclasificada dentro de una ciencia tradicional, podría orientarse más hacia las matemáticas, la biología o la neurociencia, dada su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos.

La IA está moldeando el futuro de la investigación científica, no solo en física y química, sino también en áreas como la medicina, donde se utiliza para perfeccionar diagnósticos y tratamientos. Su influencia puede verse en cómo se gestionan los datos en tiempo real, como en aplicaciones de navegación y automóviles autónomos.

La concesión de los Premios Nobel de Química y Física al uso de la IA es un claro testimonio del "triunfo de la interdisciplinariedad" en la ciencia moderna, subrayó Virginia Dignum, profesora de Ciencias de la Computación en la Universidad de Umeå, Suecia. Señaló que los avances científicos significativos requieren enfoques que integren múltiples disciplinas y perspectiva amplia.

Sin duda, la IA tiene el potencial de revolucionar la manera en que se realizan investigaciones y, con ello, la propia estructura de cómo clasificamos y reconocemos logros en el campo de la ciencia. Es evidente que, más allá del debate actual, los descubrimientos futuros no se limitan a los márgenes de la división tradicional de las disciplinas.