El rugby, un deporte que evoca imágenes de fuertes jugadores en el campo, tiene una diversidad sorprendente en su historia, incluyendo a figuras emblemáticas que han hecho su marca en campos tan variados como la política, el cine y la literatura. Desde miembros de la realeza hasta guerrilleros, esta disciplina ha atraído a un sinfín de personajes influyentes a lo largo del tiempo.

En el ámbito de la nobleza, destacamos al príncipe Eduardo de Inglaterra, quien se destacó como un jugador aceptable en el elitista Jesus College de Oxford. Sus sobrinos, los príncipes William y Harry, siguieron sus pasos en el prestigioso Eton College. Curiosamente, la prensa del corazón se sintió atraída por el rugby en varias ocasiones, como cuando se especuló sobre la relación entre la princesa Diana y el exjugador Will Carling. De manera similar, la prima del príncipe, Zara Phillips, fue relacionada sentimentalmente con el jugador Mike Tindall.

Un caso fascinante es el de Alexander Obolensky, hijo de la nobleza rusa, que escapó de la Revolución Rusa y llegó a jugar con el XV de la Rosa, haciendo historia al derrotar a los All Blacks. Trágicamente, su vida terminó prematuramente durante la Segunda Guerra Mundial al ser abatido en combate. En el panorama español, Felipe Juan Froilán de Marichalar, bisnieto del rey, intentó practicar rugby, pero no encontró su lugar en este deporte.

El cine también ha dejado su huella en el rugby. Javier Bardem, el célebre actor español, jugó como pilier en su juventud y llegó a representar a la selección sub-16 de España. Otros grandes actores, como el galés Richard Burton y el inglés Peter O'Toole, compartieron esta pasión, aunque no lograron llevarse a casa el Oscar. Sin embargo, el neozelandés Taika Waititi, director de Jojo Rabbit, sí lo hizo, sumando su pasión por el rugby a una exitosa carrera en el cine.

Figuras célebres de la pantalla, como el irlandés Richard Harris y el estadounidense Matt Damon, también han tenido sus momentos en el rugby. Mientras tanto, el argentino Ernesto 'Che' Guevara, conocido por su papel en la Revolución Cubana, practicó rugby en su juventud, jugando en clubes de Córdoba y Buenos Aires, a pesar de su condición de salud.

La política no se queda atrás. Tres ex presidentes de EE.UU., incluidos John F. Kennedy y Bill Clinton, jugaron al rugby durante su tiempo en la universidad. En Francia, el expresidente Jacques Chirac también estuvo involucrado en este deporte en su juventud. Curiosamente, incluso algunos dictadores, como Benito Mussolini y Nicolae Ceausescu, utilizaron el rugby como un vehículo de propaganda para fortalecer sus regímenes y ganar adeptos entre la juventud.

En España, aunque no ha habido presidentes que hayan jugado a rugby, sí tenemos a la exministra Isabel García Tejerina, quien fue parte del equipo de su universidad. Además, el cocinero Alberto Chicote es un gran aficionado y ha sido parte del equipo madrileño.

La influencia del rugby se extiende a la literatura, con figuras prominentes como Arthur Conan Doyle y James Joyce, quienes no solo jugaron, sino que también escribieron sobre la pasión del rugby, reflejando su amor por este deporte en sus obras. Doyle, en particular, lo describió como el "mejor deporte colectivo" en su autobiografía.

Así, el rugby no solo es un deporte de contacto, sino un espacio donde convergen las trayectorias de figuras icónicas de diversas áreas, revelando una intersección fascinante entre fuerza, arte y poder.