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La lucha vecinal contra la Caja Mágica: Un grito silenciado en el sur de Madrid

2024-10-09

Autor: Carmen

En un contraste notable frente al ecosistema mediático que rodea al Santiago Bernabéu, los vecinos de la zona sur de Madrid enfrentan un problema que ni siquiera ha tenido la misma visibilidad. Mientras que el parón de los conciertos en el célebre estadio ha generado un torbellino de atención mediática y acciones para mitigar el ruido, en el barrio de la Caja Mágica, el eco de sus quejas se pierde entre la indiferencia general. Huelga decir que el ruido y los olores del vertedero que les rodea han pasado desapercibidos, a pesar de que sus efectos son devastadores para la vida cotidiana de los residentes.

Un reciente tuit de Rebeca Martínez, una vecina de la zona, ha estallado en popularidad, acumulando más de 2,000 retuits y 5,000 likes. Su publicación revela el infierno sonoro al que se ven sometidos los que viven alrededor de la Caja Mágica durante eventos como conciertos y festivales. A tan solo dos kilómetros de distancia, comenta cómo incluso con las ventanas cerradas, el estruendo es insoportable. "Con los festivales no hay tregua. Terminan a las cuatro de la mañana y el sonido aún se escucha," lamenta.

A diferencia del Bernabéu, donde la presión de las asociaciones vecinales ha llevado a soluciones, los vecinos de Butarque y Villaverde sienten que su lucha está condenada al olvido. "Este es el vertedero del sur y así nos consideran," declara una de las activistas. La Asociación de Vecinos Independiente de Butarque denuncia no solo el ruido de la Caja Mágica, sino también otros problemas que afectan su calidad de vida, como un crematorio cercano y la contaminación que rodea su hogar.

La presidenta de la Asociación, Verónica, menciona que a pesar de las quejas constantes, las autoridades aseguran cumplir con la normativa. Sin embargo, a nivel experiencial, los vecinos saben que la realidad es diferente: "Los límites de decibelios se superan constantemente durante los eventos. Sabemos que estamos siendo ignorados," agrega indignada. Además, enfatiza la profunda desigualdad en cómo se abordan las quejas en los barrios de Madrid: "El trato es desigual, los vecinos de zonas como Chamartín tienen abogados que nosotros no podemos permitirnos."

Mientras muchos consideran a la Caja Mágica como un punto de entretenimiento para la ciudad, los residentes locales enfrentan un dilema: "Cuando hay un evento, el barrio se llena de lujos, coches de alta gama que contrastan con nuestras realidades".

Con una sensación de impotencia, Verónica afirma que seguirán luchando a pesar de su frustración creciente. "Nos sentimos abandonados por el Ayuntamiento, que debería tratar a todos los distritos de manera equitativa," asegura. La protesta se ha convertido en un acto de resistencia en una lucha en la que no están dispuestos a rendirse, porque al fin y al cabo, "las movilizaciones van a continuar. Lo que tenemos en nuestras manos es la fuerza de la comunidad," concluye.

Los vecinos de la Caja Mágica están decididos a seguir alzando la voz, con la esperanza de que algún día su lucha será atendida y sus derechos como ciudadanos respetados. Este no es solo un problema de ruido; es un grito por justicia y reconocimiento en medio de una ciudad que parece haber olvidado que todos merecen ser escuchados.