La controversia ha vuelto a tomar el centro de atención en la última gala de 'Gran Hermano', emitida el pasado domingo en Telecinco. Los seguidores del reality están furiosos tras ver cómo, una vez más, una concursante, Laura, parece beneficiarse 'de manera descarada' de las decisiones de la producción. La comunidad de seguidores del programa no ha tardado en expresar su descontento a través de redes sociales, generando un torrente de críticas.

Durante el debate del domingo, presentado por Ion Aramendi, se conocieron los nombres de los concursantes salvados, pero la identidad del segundo salvado fue revelada solo a través de Manuel, quien recientemente asumió el papel de 'Big Bro'. Esta decisión ha despertado la indignación del público, que considera a Laura como "la favorita de los organizadores".

Manuel, después de protagonizar un emotivo momento con Laura, decidió salvarla, alegando que ella había tenido un gesto similar con él en el pasado. "Siempre prometí que lucharía por ella como Big Bro y estoy muy orgulloso de haberla podido salvar", comentó Manuel, aludiendo a la complicidad que ambos desarrollaron dentro de la casa.

Sin embargo, este acto ha causado frustración entre otros concursantes, quienes han expresado su resignación ante el constante favoritismo hacia Laura. Desde su llegada al reality, la joven ha acumulado tanto admiradores como detractores, lo que se refleja en el rechazo que genera su permanencia en el programa.

Las redes sociales se han convertido en un hervidero de quejas cada vez que Laura se libra de las nominaciones. Muchos usuarios de X, la antigua Twitter, han utilizado el hashtag #LauraEnchufada, acusando a la producción de forzar su continuidad en el juego. Comentarios como "¡Otra semana más de la enchufada de Laura!" o "¿Para qué votamos si siempre se salva?" se han vuelto habituales entre los seguidores frustrados. Algunos incluso han llegado a proponer boicots a los anunciantes del programa, alegando que la credibilidad de 'Gran Hermano' está en juego.

Es importante mencionar que esta no es la primera vez que la administración del reality ha sido criticada por sus decisiones. Este tipo de favoritismo ha sido puesto en entredicho en ediciones anteriores, aunque la presencia de "la enchufada de España", como algunos la han apodado, ha intensificado la conversación sobre la manipulación del formato. Los espectadores mantienen la esperanza de que estas decisiones no afecten la esencia del programa, donde la votación del público debería ser fundamental.

La indignación no solo proviene de los seguidores, sino que también se ha sentido un murmullo de descontento entre los propios concursantes. Algunos están empezando a cuestionar si realmente están compitiendo en igualdad de condiciones, lo que podría poner en riesgo la estabilidad del programa y su éxito continuo. La controversia está lejos de terminar y se espera que los próximos episodios sigan siendo un terreno fértil para el debate y la crítica.