La Cumbre del Clima COP29 se encuentra en un punto crítico, sumida en estancamiento. Las delegaciones de distintos países continúan luchando para alcanzar un acuerdo que promete ser crucial para el futuro del planeta. Mientras tanto, la organización comienza a desmantelar las instalaciones y numerosos participantes se ven obligados a abandonar la capital de Azerbaiyán.

Según informes, algunos funcionarios de la ONU han indicado que no se prevé una reunión plenaria final hasta tarde, lo que implica que la COP29 podría extenderse al menos 24 horas más allá de su hora de cierre oficial. Esto genera tensión e incertidumbre entre los asistentes.

El principal punto de discordia es la cifra de financiación que los países ricos están dispuestos a comprometer para ayudar a las naciones en desarrollo en su lucha contra el cambio climático. El borrador de acuerdo discute que estas naciones necesitan 1,3 billones de dólares anuales a partir de 2030, pero los países ricos sólo están dispuestos a aportar un mínimo de 250.000 millones de dólares.

Los países más vulnerables han calificado esta oferta como "inaceptable" y demandan más apoyo. Brasil ha planteado que la aportación debería ser de 300.000 millones de dólares anuales desde 2030 hasta 2035, aumentando a 390.000 millones a partir de ese momento. Esta propuesta se presenta como un "pistoletazo de salida" en la carrera por salvar el clima.

Por su parte, Estados Unidos ha comenzado un nuevo proceso de negociación, afirmando que el compromiso inserto en el acuerdo anterior de 100.000 millones anuales necesita ser superado en ambición y alcance. Valvanera Ulargui, directora de la Oficina Española de Cambio Climático, recordó que la Unión Europea es el mayor contribuyente climático del mundo y abogó por una mayor efectividad en el uso de los fondos públicos destinados a los países en desarrollo.

Sin embargo, la presión está aumentando y a medida que las horas avanzan, la COP29 se adentra en una fase de prórroga que se asemeja cada vez más a un regateo acalorado. Mientras el reloj sigue avanzando, el futuro de millones de personas y ecosistemas al borde del colapso penden de un hilo. ¿Lograrán las naciones un acuerdo antes de que sea demasiado tarde?