"Zaragoza brilla frente a la oscuridad y a años de parálisis provocados por gobiernos de la izquierda radical que ahora salen a la calle con bulos y mentiras". Así respondió el Gobierno municipal a las 2.500 personas que, según la Policía Nacional, recorrieron la capital aragonesa bajo la consigna 'Zaragoza no se vende.'

El Gobierno municipal defiende el impulso “firme y determinante” de la ciudad, destacando que actualmente Zaragoza atraviesa "el mejor momento de las últimas décadas, fruto de las políticas implementadas en los últimos años." La capital aragonesa está inmersa en un proceso de transformación urbana, social y cultural que está generando riqueza, empleo y nuevas oportunidades para sus ciudadanos, convirtiéndose en un referente no solo en España, sino también en Europa.

Entre los proyectos transformadores en marcha se encuentran La Nueva Romareda, que no solo será un estadio de fútbol, sino también un motor económico y social; la recuperación de las riberas del río Huerva; el impulso a las piscinas del Distrito Sur; y el proyecto de Giesa. El Gobierno municipal señala que la ciudad está viviendo un “momento histórico” con la construcción de más de 1.700 viviendas de alquiler asequible y la organización de eventos culturales gratuitos que atraen a miles de visitantes y generan un impacto millonario en los comercios y la hostelería local.

A estas iniciativas se suman significativas inversiones en la mejora de calles y avenidas, la creación de equipamientos en centros cívicos para mayores y jóvenes, un récord histórico en gasto social, mejoras sin precedentes en parques, y la modernización de servicios básicos como el transporte, la limpieza y la movilidad.

A pesar de las críticas de los manifestantes, que según la organización superaban los 4.000, el Gobierno municipal asegura que Zaragoza no se detiene y "no retrocederá" frente a planteamientos politizados que, curiosamente, no abordan la corrupción en el Gobierno central ni la desigualdad que podrían generar las concesiones del presidente del Gobierno español a los independentistas, las cuales podrían suponer cientos de millones de euros menos para los zaragozanos. Además, la ciudad está trabajando en implementar un plan de sostenibilidad que busca no solo mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sino también proteger el medio ambiente, alineándose con las tendencias europeas de desarrollo sostenible y resiliente.