Las redes sociales están inundadas de búsquedas sobre medicamentos como el #Ozempic y #ozempicweightloss. Muchos famosos, desde actrices hasta influencers, han compartido sus experiencias sobre cómo estos medicamentos para la diabetes les han ayudado a deshacerse de esos 'kilos de más'. Sin embargo, lo que no se dice a menudo es que esta tendencia podría tener graves implicaciones para la salud pública.

Ozempic, conocido principalmente por tratar la diabetes tipo 2, es solo uno de varios medicamentos similares en el mercado. Otros como Mounjaro o Wegovy, este último aprobado específicamente para combatir el sobrepeso, también están captando la atención del público. Según la Dra. Alessandra Gabillo, endocrinóloga de la Xarxa Santa Tecla, "el principio activo es la semaglutida, un agonista del receptor GLP-1 que controla la glucemia y actúa sobre el centro de saciedad, reduciendo así el apetito".

No obstante, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha emitido una advertencia significativa: el uso de estos fármacos por personas sin obesidad o que no tienen problemas de salud relacionados con el sobrepeso puede resultar peligroso. La endocrinóloga Gabillo enfatiza que estos medicamentos están diseñados para pacientes con un IMC de 30 kg/m² (obesidad) o más, o de 27 kg/m² (sobrepeso) con comorbilidades como hipertensión o apnea del sueño.

A pesar de estas advertencias, la demanda sigue creciendo y ha generado una crisis de abastecimiento. La EMA ha indicado que desde 2022, se ha reportado escasez de estos medicamentos a nivel global. La directora de la EMA, Emer Cooke, ha subrayado que es esencial que los pacientes que realmente necesitan estos medicamentos puedan acceder a ellos. El uso indebido de estos fármacos, como se ha observado en Estados Unidos, ha exacerbado esta situación, afectando a pacientes diabéticos también en España, donde la disponibilidad de Ozempic se ha vuelto crítica.

El presidente de la Asociación de Farmacéuticos Empresarios de Tarragona, Eduardo Cacho, advierte sobre el peligro del uso indiscriminado de estos medicamentos: "Deben utilizarse con sentido común y bajo prescripción médica. La banalización del uso de estos fármacos podría tener consecuencias serias para los usuarios y para el sistema de salud". La Dra. Gabillo también hace hincapié en los riesgos del uso no supervisado, ya que los efectos secundarios de estos medicamentos pueden incluir pancreatitis y problemas gastrointestinales severos, lo que podría causar deshidratación en personas con problemas renales.

Además, es fundamental subrayar que no existen tratamientos milagrosos para la obesidad. Como menciona la Dra. Gabillo, "cualquier fármaco debe ir acompañado de cambios en el estilo de vida para ser efectivo en el largo plazo". Desde la perspectiva económica, estos medicamentos pueden ser costosos y deben considerarse como una herramienta complementaria, no como la única solución mágica cuando se trata de la obesidad.

Por último, la creciente promoción de estos medicamentos en las redes sociales plantea una preocupación importante. La Dra. Gabillo advierte sobre la abundancia de información errónea y publicidad engañosa, sugiriendo que una regulación más estricta del contenido podría ayudar a proteger a los usuarios de la desinformación y fomentar un uso responsable de los medicamentos.