La división entre Hungría y el resto de la Unión Europea (UE) respecto a la guerra en Ucrania se ha intensificado, especialmente después de la reciente cumbre en Bruselas, donde el Gobierno de Budapest nuevamente se negó a respaldar una declaración conjunta de los líderes europeos.

A pesar de la negativa del Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán, los 26 líderes restantes reafirmaron su compromiso inquebrantable con la independencia y la soberanía de Ucrania. En la declaración se destacó que el Consejo Europeo continuará brindando apoyo en forma de dinero, armas y garantías de seguridad para Ucrania, a medida que se intensifica la presión sobre Rusia.

Esto ocurre en un contexto en el que los Estados Unidos están disminuyendo su apoyo a Ucrania, lo que ha llevado a Kaja Kallas, la jefa de política exterior de la UE, a proponer la creación de un nuevo fondo de financiación, que podría alcanzar los 40.000 millones de euros, incluyendo 5.000 millones específicamente para municiones.

Hungría, bajo la administración de Orbán, ha bloqueado en repetidas ocasiones varios paquetes financieros de ayuda a Ucrania, pero este nuevo fondo no requerirá su aprobación. No obstante, el camino hacia la adhesión de Ucrania a la UE no es tan sencillo. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sugirió que Ucrania podría unirse a la UE en 2030, aunque cumplir con los estrictos requisitos sigue siendo un obstáculo importante, particularmente en un país que enfrenta desafíos de corrupción y en medio de la guerra.

Orbán también ha expresado que consultará a la población húngara sobre si desean que Ucrania se una a la UE, lo que añade más incertidumbre a la situación. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, expresó su preocupación al respecto, enfatizando que es antieuropeo que una sola persona pueda bloquear decisiones que afectan a todo el continente.

Las tensiones no se limitan solo a la cuestión de la adhesión; las decisiones sobre sanciones contra Rusia también enfrentan obstáculos debido a la necesidad de unanimidad entre los Estados miembros. La UE se prepara para renovar las sanciones económicas impuestas a Rusia, pero Orbán y otros líderes como el primer ministro eslovaco, Robert Fico, han manifestado su oposición a nuevas sanciones que podrían afectar el proceso de paz.

A pesar de estas tensiones, hay un consenso en que la cooperación en defensa es crucial. Hungría ha mostrado su apoyo a un aumento significativo en la inversión en defensa por parte de la UE en los próximos años. Además, mientras la UE observa el desarrollo de negociaciones de alto el fuego impulsadas por Estados Unidos, Orbán parece ver una oportunidad como aliado cercano del expresidente Trump, quien sigue siendo una figura influyente en la política internacional. "Europa se siente aislada", afirmó Balazs Orbán, portavoz del Gobierno húngaro, en el marco de la cumbre.