La cetrería es un arte que va más allá de la mera caza, según Patricia Aguilera, quien se adentra en este mundo con objetivos que combinan su amor por las aves rapaces y su interés por el bienestar emocional. Hace unos trece años, Aguilera comenzó su formación con cetreros profesionales, enfrentándose a un camino complicado debido a la falta de cursos y la naturaleza cerrada de esta práctica. Sin embargo, su pasión la llevó a fundar el proyecto "Vuelo Alto" en 2019, el cual busca fusionar la educación y la terapia con la interacción con aves rapaces.

El proyecto, pionero en Baleares, ofrece actividades educativas sobre el comportamiento de estas aves, sesiones terapéuticas para personas que necesiten apoyo emocional y momentos lúdicos para aquellos que simplemente desean conocer más sobre ellas. Aguilera señala que "Vuelo Alto" también organiza cumpleaños y ofrece un servicio de control de fauna salvaje, donde utilizan aves para ahuyentar animales problemáticos.

Aguilera se asoció con psicólogos profesionales para adaptar técnicas terapéuticas relacionadas con los caballos a las aves rapaces. Después de un año de pruebas, se descubrió que la conexión con las aves tenía un impacto positivo en diversos grupos, incluyendo niños con Trastorno del Espectro Autista. Esta experiencia personal fue crucial para Aguilera, quien ha podido gestionar su propia alta sensibilidad a través del vínculo con las aves, entendiendo su conexión profunda con la naturaleza y los animales.

"El método que utilizamos es totalmente personalizado", explica Aguilera. "Realizamos entrevistas previas para conocer las necesidades del cliente y determinar qué tipo de terapia se implementará, ya que contamos con profesionales en distintas áreas".

Las sesiones pueden variar e incluir tanto actividades prácticas con las aves como conversaciones más abstractas, donde los animales actúan como facilitadores del proceso emocional. Los participantes han reportado sentimientos de conexión con su niñez o su poder femenino al interactuar con las aves, evidenciando la diversidad de experiencias que pueden surgir durante las sesiones.

Una de las facetas más impactantes de "Vuelo Alto" es su enfoque en la rehabilitación animal. Aguilera rescata aves que han sufrido por falta de cuidados y proporciona nuevos hogares a aquellos que no pueden ser atendidos por otros cetreros. "Cuando comenzamos, no teníamos intención de acoger animales rescatados, pero decidimos dejar la posibilidad abierta", señala.

En definitiva, "Vuelo Alto" no solo busca generar una conexión entre las aves y los seres humanos, sino también darles una segunda oportunidad a los animales al proporcionarles un entorno seguro y enriquecedor. La fusión de educación, terapia y rescate en este proyecto se convierte en un punto de encuentro que nos recuerda la importancia de la conexión con la naturaleza y los demás.