Tecnología

Las centrales nucleares de Ascó y Almaraz cerrarán en seis años mientras sus gemelas en EE.UU. extienden su vida útil hasta 2060

2024-10-05

La energía nuclear es un tema controvertido: para algunos, es una tecnología del pasado que ya no tiene cabida en un mundo que se enfoca en las energías renovables; para otros, sigue siendo esencial para garantizar una fuente de energía constante y fiable. La situación no es la misma en todos los países, y en España, el futuro de las centrales nucleares se ha decidido con el plan de desmantelamiento que estipula su cierre entre 2027 y 2035.

Mientras tanto, en Estados Unidos, la historia es completamente diferente. Las centrales North Anna, que son gemelas de las españolas Ascó y Almaraz, han recibido la aprobación para extender su operación hasta el año 2060.

Estas centrales no son idénticas, pero comparten la misma base tecnológica. La planta de Almaraz, localizada en Cáceres, ha estado operativa desde 1983, mientras que Ascó, en Tarragona, comenzó su funcionamiento en 1984. Ambas, junto a North Anna, que inició sus operaciones en 1978, cuentan con sistemas de seguridad similares y se construyeron en la misma época. Se trata de reactores de agua a presión (PWR), diseñados por la compañía estadounidense Westinghouse.

En España, aunque estas instalaciones han superado los 40 años de vida, el cierre anticipado se debe a la transición enfocada en energías limpias y a la reducción de desechos nucleares. La distribución del cierre planeado se lleva a cabo de la siguiente manera:

- Almaraz I y II: cerrarán con 44 años de servicio.

- Cofrentes: cerrará con 46 años de operación.

- Ascó I y II: cerrarán con 46 años en funcionamiento.

- Valdecañas II y Trillo: cerrarán con 47 años de actividad.

En contraste, la Comisión Reguladora Nuclear de EE.UU. ha aprobado extender la vida útil de North Anna I y II hasta 2058 y 2060, permitiendo que estas plantas cumplan con 80 años de servicio. Durante este tiempo, se han modernizado significativamente, reemplazando generadores y bombeo de refrigeración y incorporando sistemas de control digitales más avanzados, lo que ha incrementado su seguridad operativa.

La situación en EE.UU. es reveladora de una tendencia más amplia. Aunque el país está invirtiendo fuertemente en renovables, como lo demuestra el liderazgo de California y el interés de Texas por la energía limpia, la necesidad de una potencia adicional provocada por el crecimiento del uso de inteligencia artificial está impulsando el interés en la energía nuclear. Esto ha llevado a un incremento en el valor de las acciones de empresas propietarias de plantas nucleares y a la reevaluación de la reutilización de viejas centrales.

En España, la apuesta por la energía renovable es firme, con proyectos en energía eólica y solar en marcha. Se prevé la construcción de la mayor central hidroeléctrica de España cerca de Ascó, con una vida útil estimada de 50 años, que se encuentra actualmente en fase de consulta.

Mientras, en la escena internacional, Francia sigue confiando fuertemente en la energía nuclear, mientras que Italia ha manifestado su apoyo a esta a través de discursos recientes del gobierno. Alemania, por su parte, ha decidido incrementar su inversión en energías renovables y continuar con el desmantelamiento de sus plantas nucleares. China, con 56 reactores en operación, también se está orientando hacia las energías renovables, aunque sigue considerando la energía nuclear como un pilar fundamental de su futura estrategia energética.

La divergencia en la gestión de la energía nuclear y las renovables demuestra que cada país avanza a su propio ritmo. No obstante, es sorprendente observar cómo, a pesar de compartir características arquitectónicas y tecnológicas, las plantas nucleares de EE.UU. continuarán operando casi tres décadas más que sus contrapartes españolas.