
¡Las lluvias de marzo destapan la farsa del cambio climático en España!
2025-03-22
Autor: Carlos
Marzo ha llegado a su fin inundado no solo de agua, sino de certezas sobre la mala gestión hídrica en España. Las lluvias persistentes han dejado calles anegadas y embalses al borde del desbordamiento en Madrid y otras provincias. Sin embargo, a pesar de este fenómeno, el discurso oficial sigue insistiendo en que el país enfrenta una sequía inminente debido al cambio climático.
Contrario a lo que se propaga en los medios, investigaciones recientes publicadas en revistas de renombre como International Journal of Climatology y Nature refutan esta narrativa, revelando que no ha habido un incremento significativo en lluvias extremas ni una tendencia definida hacia sequías más severas en los últimos 150 años en la cuenca mediterránea. Curiosamente, algunos datos incluso indican un aumento del 8% en las precipitaciones desde 1981, lo cual coincide con el calentamiento global.
La voz del pueblo
Para respaldar esta evidencia, múltiples testimonios de ciudadanos consultados en Madrid aportan perspectivas interesantes. "He vivido aquí más de 35 años y nunca había visto un marzo tan lluvioso", comenta un vecino, subrayando que no asocia estos eventos con el cambio climático. Otros recuerdan inundaciones pasadas significativas, como las de 1995 y 1977, sosteniendo que problemas de este tipo han ocurrido cada cierto tiempo, no de manera continua.
La percepción es clara entre los entrevistados: muchos creen que los políticos exageran la situación, mencionando que la lluvia trae beneficios importantes, como la recarga de acuíferos. "El problema no es el clima, sino la infraestructura. Las alcantarillas están mal diseñadas y no dan abasto", explica una ciudadana preocupada.
La discrepancia de datos
Mientras los embalses se llenan y las calles se inundan, el discurso dominante de sequía y desertificación avanza, sin evidencia científica que lo apoye. La Asociación de Realistas Climáticos (ARC) ha destacado que la temperatura del Mediterráneo no se asocia con un mayor número de eventos extremos como se había previsto. Si 150 años de calentamiento no han originado más lluvias intensas ni sequías extremas, surge la pregunta: ¿por qué persistir en políticas basadas en proyecciones erróneas?
Con millones de euros desviados hacia la propaganda climática, la gestión del agua en España continúa siendo ineficaz. Se habla de sostenibilidad y innovación, pero se pasan por alto aspectos cruciales como el mantenimiento de embalses y la infraestructura de drenaje, lo que pone en tela de juicio la validez del relato oficial. Lo que está claro es que el futuro de la gestión del agua depende de un enfoque más realista y menos propagandístico.