Un día después de una emocionante victoria ante los Pacers, donde LeBron James selló el triunfo con un rebote sobre la bocina, los Lakers enfrentaron una dolorosa derrota contra los Bulls (119-117). El rey de la cancha pasó de ser un héroe a convertirse en villano tras cometer dos errores cruciales que derrumbaron sus esperanzas.

Con los Lakers liderando 110-115 y solo 12.5 segundos restantes en el reloj, LeBron cometió dos errores que costaron caro. Primero, falló en la marcación de Patrick Williams, luego, en un momento crítico, perdió el balón en un saque de fondo, lo que permitió a Josh Giddey asistir a Coby White para un triple que puso adelante a los Bulls 116-115.

Aunque Austin Reaves intenta redimir a LeBron con un canastón que parece sellar el juego en 116-117, un increíble tiro de Giddey dejó a los Lakers en la lona. Tras el partido, LeBron se vio obligado a enfrentar sus errores.

"Estábamos en una posición para ganar, pero concedimos demasiados triples en el último cuarto. La pérdida horrible de balón fue por falta de comunicación...", comentó el número 23, reconociendo la gravedad de su falta.

"Tenemos otro partido en menos de dos días, no podemos ir al sábado pensando en lo que pasó el jueves", añadió LeBron, refiriéndose al próximo juego contra los Memphis Grizzlies, que cuentan con el talento de Santi Aldama.

Luka Doncic, quien también estuvo al tanto de la situación, expresó su tristeza de manera concisa: "Es duro, teníamos el partido en nuestras manos. Pero en dos días tenemos otro partido", afirmó el ex jugador del Real Madrid mostrando su optimismo hacia el futuro.

Por otro lado, la frustración fue palpable en las palabras de JJ Redick, quien describió la intensidad de la decepción en el vestuario. Esta derrota resalta la presión constante que enfrentan los Lakers y su capacidad para recuperarse rápidamente. ¡No te pierdas su próximo juego, donde demostrarán si pueden superar este tropiezo! Los fanáticos están ansiosos por ver cómo reaccionan tras esta amarga lección.