Durante más de una década, grandes fondos de inversión han centrado su interés en los edificios de las principales ciudades de España, con el objetivo de controlar la mayor cantidad de viviendas disponibles y maximizar sus beneficios mediante alquileres cada vez más costosos o alquileres vacacionales.

Sin embargo, en el corazón del tradicional barrio de Salamanca, la fiebre inversora se mantenía a raya... hasta que los magnates latinoamericanos comenzaron a desembarcar. Hoy en día, Salamanca se ha convertido en un atractivo irresistible para los millonarios de Colombia, Venezuela, México y Perú, que ven en Madrid su nueva Miami europea.

Salamanca: El Central Park europeo.

A finales del siglo XIX, José de Salamanca y Mayol soñó con un barrio donde se unieran la élite social y económica de la capital. Un siglo después, sus edificaciones neoclásicas y sus amplios pisos son hoy el destino preferido de millonarios latinoamericanos en busca de una inversión en Europa.

Con sus economías inestables, estos inversores ven en el euro un refugio seguro y Madrid una alternativa mucho más accesible que Londres, París o Roma. El barrio de Salamanca, además de albergar una alta concentración de viviendas de lujo, está situado junto al Parque del Retiro, que evoca el famoso Central Park de Nueva York, lo que hace que su atractivo se dispare.

Un perfil exigente.

Según Silvia y Cecilia Varela, fundadoras de una agencia inmobiliaria que atiende a este perfil exclusivo, sus clientes buscan propiedades de al menos 200 metros cuadrados, 3 dormitorios y, de preferencia, completamente amuebladas. Aunque Salamanca es el objetivo principal, también abarcan zonas cercanas como Chamberí y Almagro.

A un precio de 7.990 euros por metro cuadrado, las inversiones en esta zona superan rápidamente los 2 millones de euros, lo que puede parecer exorbitante, pero el potencial de alquiler ronda los 2.000 euros mensuales, según el portal Idealista. Un dato curioso: algunos pisos de hasta 4 millones de euros se han vendido sin visitas previas, todo gestionado a través de videollamadas y WhatsApp.

Vivienda de lujo y estilo de vida.

A diferencia de los grandes fondos de inversión, los millonarios latinos que buscan un hogar en Madrid desean vivir en ellos al menos unos días al año. Aprovechando un clima agradable y unas conexiones excepcionales, pueden trasladarse fácilmente a diferentes partes de la península.

Como destaca El Español, estos compradores de lujo típicamente son hombres y mujeres de mediana edad, con patrimonios entre 50 y 100 millones de euros, activos en el extranjero pero que prefieren gestionar su riqueza desde Madrid. Para ellos, la ciudad no es solo un lugar para residir, sino también una puerta de acceso a Europa, facilitando viajes y negocios en el viejo continente, además de disfrutar de la rica oferta cultural y deportiva de la ciudad, como los eventos deportivos hacia el Mundial de Fútbol de 2030.

Pasaportes dorados y nuevas oportunidades.

En la última década, Madrid se ha consagrado como el destino favorito de los millonarios latinos, evocando el mismo atractivo que una vez tuvo Miami para acceder a los Estados Unidos. Los inversores pioneros fueron especialmente los venezolanos, que han tenido que escapar de las crisis políticas y de seguridad en su país. Según cifras del Padrón Municipal, de los 79.828 venezolanos registrados en Madrid, cerca de 7.633 residen en Salamanca. Además, los mexicanos se han convertido en la cuarta comunidad internacional más grande en la ciudad.

Invertir en propiedades de lujo no solo es atractivo por su rentabilidad, sino que también permite acceder a los llamados 'pasaportes dorados', facilitando la obtención de permisos de residencia a cambio de una inversión mínima de 500.000 euros en bienes raíces en España. Esto abre innumerables puertas para viajar y hacer negocios dentro de la Unión Europea, lo que convierte a Madrid en un atractivo imán para la élite latinoamericana.

¡Madrid se está convirtiendo en la joya europea que todos quieren poseer! No te quedes atrás y descubre cómo esta transformación podría afectar el futuro del mercado inmobiliario.