La guerra en Ucrania ha intensificado la preocupación por la seguridad en la región del Báltico, impulsando a los países nórdicos a fortalecer sus capacidades defensivas. Finlandia y Suecia, en un movimiento significativo, se unieron a la OTAN, elevando así sus presupuestos en defensa y preparándose para nuevos desafíos geopolíticos.

Más allá de un ejército fuerte, la defensa civil está tomando un protagonismo crucial. En este contexto, Finlandia, Suecia y Noruega han publicado guías de preparación para sus ciudadanos, que buscan crear conciencia y proporcionar herramientas ante situaciones de crisis. Finlandia ha emitido guías en formato digital, mientras que Noruega y Suecia han optado por enviar copias físicas a todos los hogares, enfatizando la importancia de estar preparados.

Estas guías no solo abordan fenómenos meteorológicos extremos y pandemias, sino que también incluyen escenarios de conflicto militar. Desde tener provisiones de agua y alimentos para al menos una semana, hasta cómo actuar durante una evacuación y en caso de cortes de energía, estas recomendaciones son vitales para la seguridad de la población.

En particular, la guía sueca, titulada "En caso de crisis o guerra", destaca la posibilidad de un conflicto armado, siendo un claro llamado a la unidad nacional. Con la realidad de conflictos, el terrorismo, los ciberataques y los intentos de desinformación son mencionados como métodos para desestabilizar el país. "Para resistir estas amenazas, debemos permanecer unidos", señala la guía, destacando la responsabilidad colectiva de la población sueca en la defensa de su democracia y soberanía.

Mikael Frisell, director de la Agencia Sueca de Contingencias Civiles, ha declarado que la situación de seguridad ha cambiado drásticamente, haciendo que cada individuo deba ser parte de la solución y fortalecer su resiliencia ante diversas crisis, que pueden culminar incluso en una guerra.

La tradición de preparación civil en los países nórdicos se remonta a décadas atrás, siendo una respuesta a las turbulencias de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. La actualización de estas guías se ve como un paso necesario para adaptar la información a los nuevos tiempos y amenazas.

En Finlandia, se reporta que alrededor de 400,000 personas ya han descargado la guía digital, y se estima que un 60% de la población tiene suministros básicos de emergencia en sus hogares. Las autoridades buscan que este porcentaje aumente al 100%, subrayando la importancia de la preparación.

Sin embargo, no todos los ciudadanos en Suecia muestran la misma preocupación. David Ferm, un estudiante de Gotemburgo, señala que la idea de un conflicto armado no está entre las principales preocupaciones de la gente, aunque confiesa que la llegada de las guías podría generar más interés y conciencia.

Por otro lado, en Lappeenranta, Finlandia, cerca de la frontera con Rusia, el clima de inquietud es palpable. La educadora Marika Kesseli expresa que, aunque la guerra no se discute abiertamente en las escuelas, el tema sale a relucir entre amigos y familiares. La distancia de la frontera se convierte en un consuelo, pero la realidad de un mundo más pacífico ofrece una esperanza que muchos desean alcanzar.

Con el panorama global en constante cambio, los países nórdicos están optando por prepararse. Lo que antes parecían amenazas lejanías, hoy se han convertido en parte del discurso cotidiano, obligando a sus ciudadanos a reflexionar sobre su propio papel en la seguridad colectiva.