Apple introdujo MagSafe para el iPhone en 2020, marcando una nueva era en la carga inalámbrica de dispositivos. Aunque este sistema trajo consigo una estética atractiva y la resurrección de una tecnología previamente utilizada en las MacBooks, su verdadera promesa parece haberse quedado en el aire.

La integración de imanes en la carga inalámbrica no solo prometía hacerla más confiable y eficiente, sino que también sugería un futuro lleno de posibilidades innovadoras. Sin embargo, cuatro años después, la realidad es diferente; MagSafe ha resultado en una expansión limitada de accesorios, que no han logrado revolucionar nuestra forma de usar el iPhone como se esperaba. Quizás, como dicen algunos, la burra no dé para más.

MagSafe cumple su función de manera excelente, y definitivamente prefiero un iPhone con esta tecnología. Permite que los cargadores se alineen de manera precisa, las carcasas se ajustan perfectamente y los accesorios se mantienen en su lugar mucho más fácilmente. Pero la innovación prometida parece un eco distante, con un número escaso de accesorios que van más allá de lo básico: cargadores, soportes, carteras y baterías externas.

La decepción radica en que muchos de estos accesorios simplemente replican funciones que ya existían, ahora con el beneficio de los imanes. Proyectos esperados, como MagSafe Duo, han sido descontinuados, y el reciente modo Reposo en iOS 17, que parecía anunciar una nueva ola de cargadores con forma de despertador, quedó en nada.

El estancamiento no se debe a limitaciones técnicas; los imanes funcionan de maravilla. El verdadero desafío es que Apple no ha logrado inspirar a los fabricantes de accesorios para que exploren el potencial de MagSafe. Esto es particularmente evidente con la llegada del estándar Qi2, que tampoco ha impulsado la innovación en este campo.

En los primeros días del iPhone, a finales de la década de 2000, experimentamos una explosión de creatividad en el ecosistema de accesorios. Recordemos la popularidad fugaz de las fundas tipo 'bumper'. En contraste, MagSafe se enfrenta a un panorama de accesorios estancados y conservadores.

A pesar de la falta de innovación, Apple parece mostrar poco interés en expandir su línea de accesorios magnéticos, limitándose a ofrecer fundas de silicona, una funda transparente y una cartera que, aunque con posibilidades de mejora, permanece prácticamente igual, excepto por su cuestionable cambio a FineWoven, un material que no cumple con las expectativas.

Es innegable que los mejores accesorios MagSafe suelen venir de marcas externas como Belkin y Anker. Estas empresas han desarrollado soluciones creativas para carga múltiple y soportes versátiles que aprovechan el magnetismo de forma efectiva. Sin embargo, a pesar de estos productos adicionales que incluso Apple vende en sus tiendas, el sistema sigue sintiéndose subutilizado.

No podemos considerar a MagSafe un fracaso; sigue siendo una herramienta útil, pero su impacto ha sido más de mejora incremental que de transformación radical. Quizás las expectativas iniciales fueron demasiado optimistas o aún hay espacio para que alguien dé un mejor uso a esta tecnología, ya sea Apple o un desarrollador externo. Por ahora, MagSafe sigue en la búsqueda de su propósito definitivo, como un actor talentoso que, tras los 40, espera ansiosamente su papel estelar.