Marcel Granollers, nacido en Barcelona en 1986, ha sido una figura constante en el equipo español de Copa Davis en los últimos años. Como exnúmero uno del mundo en dobles y actual competidor en las Finales de Málaga, Granollers es considerado una de las grandes esperanzas del tenis español. Sin embargo, el nombre de su compañero de dobles en el torneo es un secreto que mantiene en suspense.

¿Podría ser Rafael Nadal en su despedida? ¿O tal vez Roberto Bautista o Carlos Alcaraz? Granollers, quien sumó hasta el puesto número 19 en el ranking de individuales antes de enfocarse en los dobles, se ríe y dice: "Esa pregunta es para David, nuestro capitán."

Nacido dos meses antes que Nadal, Granollers comparte con muchos otros deportistas la historia de ser contemporáneo y amigo de uno de los grandes. A los 11 años, conoció a Rafael en un torneo y desde entonces han recorrido caminos paralelos en sus carreras. Aunque siempre supo que Nadal era excepcional, Granollers afirma: "Ser como Rafa no era mi batalla. Yo conocía mis limitaciones".

En relación a su carrera, Granollers menciona: "No fue el resultado que queríamos, pero, a nivel de juego, no estábamos mal. Los pequeños detalles pueden determinar un resultado. Es un nuevo formato de Copa Davis, con un viaje más cómodo y una pista indoor, lo que facilita la preparación".

La evolución del formato de la Copa Davis le ha otorgado nueva relevancia al dobles, permitiendo que las selecciones lleven a un especialista en esta modalidad. Granollers enfatiza que el reconocimiento de los jugadores de dobles ha cambiado, conforme lo que la gente desea ver son los partidos individuales: "Obviamente, la gente quiere ver a los grandes. Yo también soy uno de ellos".

En cuanto a la presencia de Nadal en el equipo, Granollers lo describe como un recurso invaluable: "Rafa es uno de los mejores de la historia. Su experiencia y su capacidad para tranquilizar son inestimables en momentos de presión".

Este torneo tiene un significado especial, ya que podría ser la última oportunidad de ver a Nadal en acción. Granollers subraya la ilusión que todos sienten: "Cada vez que jugamos, damos el 100% y ahora con el regreso de Rafa, sentimos que podemos lograr algo grande".

Granollers recuerda su primer encuentro con Rafa en un torneo de jóvenes en Segovia en 1997, donde empezaron a forjar una competencia no solo amistosa sino de admiración mutua. Al hablar de su amigo, enfatiza: "No he sido capaz de ganarle en mis años de joven. Siempre fue un jugador excepcional y su éxito es admirado incluso por sus colegas".

"Pocos deportistas generan el mismo impacto que Rafa", dice Granollers, señalado la combinación de talento, dedicación y ética de trabajo que ha exhibido Nadal a lo largo de su carrera. Granollers, sin embargo, se mantiene firme en su trayectoria personal, reconociendo la diferencia entre su estilo de juego y el de Nadal, con una clara autoconciencia de sus propias fortalezas y limitaciones. En sus propios términos, concluye: "No era mi pelea estar a su nivel, mi objetivo era aprovechar al máximo mis habilidades".