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Marelbys Meza: La niñera que sacudió al Gobierno colombiano y reveló oscuros secretos de poder

2024-11-21

Autor: Carmen

A finales de mayo, en un lugar secreto y rodeada de protección, Marelbys Meza se convierte en el epicentro de una de las mayores crisis políticas en la historia reciente de Colombia. Desde que denunciara en marzo de 2023 haber sido sometida a un polígrafo en el sótano de Palacio, la residencia presidencial, Meza ha vivido en la sombra, bajo la amenaza de aquellos que una vez consideró como aliados.

Fue la niñera del hijo recién nacido de Laura Sarabia, una de las figuras más cercanas al presidente Gustavo Petro, quien, a raíz del escándalo derivado de un robo en la casa de Sarabia, destituyó a su fiel colaboradora y al estratega que lo catapultó al poder, Armando Benedetti. Las revelaciones de Meza no solo dejaron en entredicho la integridad del gobierno, sino que desataron una serie de sospechas sobre corrupción y financiamiento ilegal.

"Me destrozaron la vida", confiesa Meza en una entrevista. El robo de un maletín con entre 4,000 y 30,000 dólares evidenció un oscuro entramado que rondaba a los políticos en el poder. Señalada como principal sospechosa, Meza se encontró en medio de una vorágine donde se quebrantaron sus derechos y su vida se convirtió en un tormento. Los policías no solo la seguían y espían, sino que sometieron a su familia a interrogatorios intimidantes. Ella siempre ha mantenido su inocencia, insinuando que sabía más de lo que parecía sobre lo que sucedía en los corazones del poder.

El tiroteo se intensificó al revelarse que un coronel encargado de la seguridad en la Casa de Nariño fue uno de los que interrogaron a Meza. A su vez, la presión gubernamental llevó a que la Fiscalía General de la Nación abriera una investigación que simultáneamente se inundó de versiones contradictorias, suspensiones de su propio personal y suicidios agregados de testigos. La violencia simbólica hacia Meza no se manifestó únicamente a través de amenazas, sino que también la empujó a la soledad y a la falta de recursos económicos tras ser desplazada de su trabajo.

Dos policías han sido condenados a diez años de prisión, pero Meza grita que estos no son más que peones en un juego donde los verdaderos poderes permanecen ocultos. Su temor es palpable: "Los verdaderos responsables no han sido condenados", dice, reconociendo vivir con el miedo de ser silenciada.

Su abogado, Iván Cancino, resalta un aspecto fundamental de su testimonio: Meza, mientras trabajaba como “nadie” en la élite política, absorbió secretos que pueden transformar la narrativa del país. Cancino afirma que Meza conserva notas de todo lo que escuchó, revelaciones que podrían ser explosivas en un contexto donde la verdad es tan escurridiza. Ella comparte que aunque la custodia estatal terminó, sigue expuesta y oculta, sin ningún tipo de ingresos, sintiéndose traicionada por aquellos a quienes le confió su bienestar.

El escándalo, que llevó a Colombia a una profunda crisis de confianza en su gobierno, provocó también el desmoronamiento de relaciones clave. La lenta decadencia de la alianza entre Benedetti y Sarabia, tras años de leal servicio entre ellos, condujo a un ciclo de peligrosas represalias. A medida que se develaban audios y versiones contradictorias sobre lo que había sucedido, la tormenta política creció, dejando a ambos líderes vulnerables y expuestos ante una opinión pública que clamaba por justicia.

En última instancia, Marelbys Meza se ha convertido en símbolo de las fallas del sistema. La historia de su vida se ha transformado en un reflejo sombrío de la corrupción en las altas esferas del poder, donde los inocentes muchas veces son los más afectados. La pregunta permanece en el aire: ¿cuánto más se arriesgarán otros para contar la verdad y salir a la luz en un sistema que poco a poco empieza a cuestionarse y revalorarse?