La increíble odisea de Máximo Napa, un valiente pescador peruano de 61 años, ha capturado la atención del mundo tras ser rescatado después de pasar 94 días a la deriva en el vasto océano. Su historia es un testimonio de la resistencia humana y la voluntad de sobrevivir. Fue encontrado por la Marina de Perú frente al puerto de Chimbote, según informes de la agencia AFP.

Máximo, quien ha sido dado de alta tras pasar varios días en el hospital Nuestra Señora de las Mercedes de Paita, se encontraba en condiciones sorprendentes dado el tiempo que pasó en el mar. El Capitán de la Marina peruana, Jorge González, declaró que llegó "en buenas condiciones físicas; podía caminar y bañarse por sí mismo... aunque algo 'choqueado' por las circunstancias."

El pescador había zarpado el 7 de diciembre desde el puerto de San Juan de Marcona, en Ica. Un inesperado cambio en las condiciones climáticas desvió su embarcación, llevándola a un mar abierto donde se perdió. Durante esos interminables días, la lucha de Napa por la supervivencia fue insoportable; remarcó que sobrevivió alimentándose de cucarachas, pequeños pájaros y hasta una tortuga, lo que evidencia la difícil situación que enfrentó.

La conmovedora historia tomó un giro esperanzador cuando su hija, Inés Napa, comentó a la emisora RPP: "Nunca perdimos la esperanza de encontrarlo. Es un milagro que mi papá haya regresado con vida". Máximo expresó entre lágrimas su motivación para no rendirse: "No quería morir por mi madre. Tengo una nieta de dos meses; me aferré a ella, y todos los días pensaba en mi madre".

La falta de una radiobaliza en su embarcación fue un obstáculo significativo en la búsqueda, dificultando los esfuerzos de localización por parte de la Marina peruana. Este desafortunado detalle destaca la importancia de las medidas de seguridad para los pescadores y las precauciones necesarias al navegar en mar abierto.

La historia de Máximo Napa no solo es un recordatorio de la fragilidad de la vida, sino también de la fuerza del espíritu humano en las adversidades. Su regreso a casa ha inspirado a muchos y ha reavivado la fe en los milagros en momentos de desesperación.