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Mohammad Sabaaneh, el talentoso autor y dibujante palestino, lanza un fuerte llamado: "Debemos conservar las pruebas de las atrocidades israelíes en Gaza"

2024-10-14

Autor: María

¿Cómo se puede narrar el horror de la guerra en Gaza? ¿Qué palabras son capaces de describir el sufrimiento de una madre que ha perdido a su bebé en un bombardeo? ¿Con qué colores se puede ilustrar la desolación de un pueblo entero? Mohammad Sabaaneh ha encontrado respuestas a estas preguntas a través de su arte, utilizando su pluma en blanco, negro y tonos grises para plasmar la realidad de Gaza.

Su libro "30 segundos en Gaza" nació de una iniciativa repentina y no como un proyecto premeditado. Durante una entrevista, el artista de 46 años comentó sobre su deseo de convertir en papel y tinta los numerosos videos y reels que los gazatíes comparten en redes sociales, documentando su desgarradora situación tras el ataque del 7 de octubre. Sabaaneh reflexionó: "Los 30 segundos de estos videos pueden ser suficientes para cambiar la vida de alguien en Gaza. En esos breves momentos se puede ver su tristeza". Sin embargo, se lamenta que más del 30% de esos videos han sido eliminados por razones vinculadas a la presión israelí o las normas comunitarias de las redes sociales. Para Sabaaneh, esto representa una pérdida de pruebas cruciales sobre las atrocidades en Gaza que deben ser preservadas para las futuras generaciones y la comunidad internacional.

Las ilustraciones del libro, hechas a mano con tinta china, son intencionalmente indelebles. Sabaaneh optó por esta técnica para asegurarse de que las imágenes perduren en el tiempo. "La tinta china no se borra con el agua ni con ningún otro solvente", comentó, explicando que simboliza la sangre que queda en Gaza—aquella que no se olvida ni se desvanece. La realización del libro fue posible gracias a una campaña de crowdfunding dirigida por la Fundación Al Fanar, y se publicará simultáneamente en España, Francia e Italia.

El impacto de la guerra en Gaza es tan profundo que Sabaaneh se siente incapaz de seleccionar un video que le haya impresionado más que otro, ya que cada día trae consigo nuevas historias de dolor y sufrimiento. "Esta mañana me desperté con más videos. La gente en Gaza sigue sufriendo", comentó. Durante el proceso de creación de este libro, recibió apoyo de su hermana, quien lo ayudó a recopilar las imágenes. Las páginas iniciales del volumen llevan la advertencia: "Contenido sensible. Este libro podría incluir contenido gráfico o violento".

Las imágenes que emergen de su obra son poderosas y conmovedoras. Desde una niña con alas de ángel buscando a su madre en un hospital, hasta una madre en un estado picassiano que llora sobre los cuerpos sin vida de sus hijos, cada ilustración refleja la devastación omnipresente. Sabaaneh eligió el lenguaje visual del cubismo para representar el caos de las ciudades arrasadas, inspirándose en el renombrado "Guernica" de Picasso, que reflejó las secuelas de otro conflicto devastador.

En el prólogo, el historiador israelí revisionista Ilan Pappé subraya la necesidad de preservar la documentación de estas masacres. "Ningún gigante de internet o israelí podrá borrar estos dibujos. Su existencia es esencial para las futuras generaciones", enfatiza.

Durante la entrevista, Sabaaneh destacó la gravedad de la crisis en Gaza y Cisjordania, describiéndola como un "genocidio silencioso". "Hasta ahora, hemos perdido más de 42,000 palestinos solo en Gaza, la mayoría son mujeres y niños. El 80% de las escuelas en la Franja han sido destruidas por los bombardeos israelíes, al igual que 12 universidades", lamenta. La situación actual no es solo un suceso aislado; es una continuación de un conflicto que comenzó en 1948.

El autor advierte sobre la distorsión de la realidad presentada en medios occidentales, que tienden a centrarse únicamente en la perspectiva israelí. "La narrativa que se presenta en EE. UU. y Europa suele concentrarse en lo que sucedió el 7 de octubre, olvidando que el sufrimiento en Gaza y Cisjordania es un ciclo continuo desde hace décadas", concluye Sabaaneh. Al divulgar su arte, espera abrir los ojos del mundo y conservar la memoria colectiva de un pueblo que continúa enfrentando la adversidad.