En el primer aniversario del estallido de la guerra, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, intensifica sus esfuerzos por mostrar poderío en todos los frentes. A pesar de las críticas internacionales, Israel mantiene su ofensiva en el norte, enfocándose en Líbano, mientras continúa los bombardeos en Gaza, criterios que Naciones Unidas considera violaciones al derecho internacional humanitario.

Las imágenes del sur de Beirut muestran enormes columnas de humo y llamas, generadas por lo que Israel califica de ataques “precisos” dirigidos contra depósitos de armas e infraestructura vinculada a Hezbolá. En este contexto, Netanyahu se trasladó a la frontera con Líbano para alentar a las tropas: “¡Sois leones! El mundo entero está asombrado por los golpes que estáis asestando a nuestros enemigos”, dijo en un discurso cargado de patriotismo.

Las estadísticas son alarmantes: desde que Israel ha intensificado su ofensiva en las últimas semanas, Líbano reporta más de 2,000 muertos, alrededor de 10,000 heridos y aproximadamente 1.2 millones de desplazados, muchos de los cuales son refugiados que huyeron de la guerra en Siria. La situación en la región es crítica, con un número creciente de civiles atrapados en medio del conflicto.

Netanyahu, en su búsqueda por elevar la moral de las tropas, también comentó sobre la pérdida de rehenes en Gaza, recordando que todavía hay un centenar atrapados y no hay indicios de que se esté negociando su liberación. “Hace un año, recibimos un golpe terrible. Pero en estos 12 meses, hemos cambiado la realidad en todos los sentidos. Vosotros sois la generación de la victoria”, enfatizó.

A medida que el conflicto se sigue intensificando, el ejército israelí continúa mostrando imágenes de túneles que presuntamente Hezbolá planeaba usar para ataques. En un entorno complejo, un ataque reciente en Beersheva dejó un saldo mortal: un ciudadano identificado como Ahmad Al Uqbi asesinó a una agente de policía y provocó heridas a otros antes de ser abatido. Este acontecimiento se da pocos días después de un ataque en Yaffa, que dejó a siete personas muertas, marcando uno de los episodios más trágicos desde el inicio del conflicto.

En Gaza, los combates no se detienen, con un alto número de muertes cada día. Este domingo, al menos 26 personas perdieron la vida y cerca de un centenar resultaron heridas en un ataque que golpeó tanto a una mezquita como a una escuela que servían de refugio para los evacuados. La escalada del conflicto sugiere que la paz sigue siendo una meta lejana mientras las tensiones continúan afectando a la región.