El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha abierto la puerta a la polémica al admitir que, en las 48 horas posteriores a la devastadora DANA que azotó Valencia, hubo dudas dentro del Gobierno sobre si debían tomar el control de la situación ante el desconcierto que mostraba la Generalitat Valenciana. Puente señala que, aunque la idea de intervenir de inmediato podría haber parecido atractiva, finalmente decidieron no hacerlo, sopesando detenidamente los pros y los contras.

En una reveladora entrevista publicada este domingo por La Vanguardia, Puente expresa su inquietud sobre el impacto que este tipo de decisiones podría tener en la percepción pública: "Tomar el mando inmediatamente puede tener un efecto muy positivo para nosotros, pero al final creíamos que después de esas primeras horas, sería contraproducente, dado que la administración autonómica es la que realmente conoce el territorio".

Con una visión crítica, dejó entrever que muchos de los fallecimientos podrían haberse evitado, un hecho que ha generado preocupación y controversia, especialmente mientras el daño material fue cuantioso, afectando al 40% del territorio valenciano. Puente reflexiona acerca de la severidad de la DANA, calificándola como "extrema", lo que hace difícil concebir una planificación hidráulica que pudiera haber minimizado tales daños.

El ministro optó por no emitir juicios sobre la gestión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, manteniendo una postura de "responsabilidad y eficacia". Sin embargo, no dudó en defender a la vicepresidenta Teresa Ribera frente a las acusaciones por parte del PP, afirmando que estas se basan en una estrategia política descabellada, criticando que se había llevado el asunto demasiado lejos al trasladar sus frustraciones a Europa.

Sobre las cuentas del próximo año, Puente advierte que ignorar la relación entre la reconstrucción de Valencia y el escenario presupuestario sería un error monumental: "No se puede demandar emergencia nacional y, al mismo tiempo, negar la conexión con la aprobación presupuestaria". El ministro confía en una posible aprobación por parte de los socios de investidura.

Además, aseguró que las inversiones necesarias para la recuperación del territorio valenciano no afectarán a las obras del Corredor Mediterráneo, que debería ser una "herramienta de reconstrucción" y un "mecanismo de reactivación económica". También se refirió a la expansión del aeropuerto de El Prat en Barcelona, mostrándose optimista por el futuro de este proyecto vital para Cataluña.

Sin embargo, la pregunta que todos se hacen es: ¿será suficiente esta respuesta del Gobierno para calmar el creciente descontento en Valencia? ¡Los próximos meses serán decisivos!