
¿Qué hacer con las acciones bancarias tras el fuerte castigo arancelario?
2025-04-06
Autor: Manuel
Fondos de deuda bancaria: una opción segura para quienes prefieren ser bonistas en lugar de accionistas
Los bancos españoles enfrentan la incertidumbre económica derivada de la guerra comercial, convirtiéndose en una opción defensiva para los inversores.
Recientemente, los bancos se han visto fuertemente penalizados por la imposición de aranceles anunciados por Donald Trump, afectando notablemente a la bolsa española. Aunque el impacto en su negocio es limitado—solo Banco Santander tiene relevantes intereses en Estados Unidos—las acciones de estos bancos han registrado caídas superiores al 10% en todos los casos.
Uno de los motivos detrás de este castigo es la recogida de beneficios, dado que en los últimos años, el sector ha acumulado importantes revalorizaciones. Por ejemplo, Banco Sabadell ha crecido un 230% desde sus mínimos en 2022, mientras que BBVA y Santander han aumentado un 140% y un 125% respectivamente. En un contexto de alta incertidumbre, es natural que los inversores decidan realizar beneficios. Nuria Álvarez, experta en banca de Renta 4, explica: "Los bancos subieron una media del 34% en el primer trimestre de 2025, y lo habíamos advertido: en situaciones de nerviosismo, ellos son los más afectados debido a su anterior comportamiento positivo."
Sin embargo, la preocupación por el aumento de aranceles también ha desencadenado el temor de una posible recesión económica, lo que intensifica el efecto negativo en el sector bancario. Alfonso Escárate, asesor de family offices, señala que "el mercado está empezando a descontar que podría haber contracción económica". Este ambiente de pesimismo ha llevado a los inversores a proyectar que los bancos centrales se verán obligados a recortar los tipos de interés, presionados por un deterioro económico y posibles movimientos deflacionarios.
El análisis indica que los bancos no sufren directamente por los aranceles, sino por las repercusiones que generan, como un entorno deflacionario que podría forzar a bajar los tipos. Las expectativas han cambiado, pasando de prever dos bajadas de tipos en Europa a tres, y de tres a cuatro en Estados Unidos. Este cambio de pronóstico podría afectar adversamente los márgenes de los bancos.
Además, la recesión podría acarrear otros problemas como un deterioro en la demanda y la calidad del crédito, lo que incrementaría la morosidad. Las tasas de los bonos también están conectadas con el rendimiento de los bancos; cuando caen, sus márgenes de ganancia se ven afectados, repercutiendo negativamente en sus cuentas.
A pesar del mal momento, surge la interrogante: ¿ha sido excesivo el castigo a las acciones bancarias? El consenso entre los expertos es que esta pregunta es complicada de responder, ya que la magnitud del impacto de los aranceles de Trump depende del desenlace de unas negociaciones comerciales que se anticipan complejas.
Álvarez sostiene que "si mantenemos la calma y no caemos en el pesimismo, las caídas actuales representan una oportunidad de compra, ya que los bancos han manejado su pasivo para ser menos sensibles a las tasas de interés." Por su parte, Escárate aconseja la prudencia: "Lo mejor es esperar; mover ahora puede ser un error. Si ya estás invertido, considera reducir tu exposición con cuidado, ya que los cambios en las políticas arancelarias pueden hacer que las acciones se recuperen rápidamente."
En conclusión, el panorama es incierto pero lleno de oportunidades si se actúa con cautela. Los inversores tendrán que estar atentos a la evolución de las negociaciones y las políticas económicas para tomar decisiones informadas. Mientras tanto, la tormenta arancelaria podría convertirse en una oportunidad dorada para aquellos que eligen ser bonistas en lugar de accionistas en este agitado clima financiero.