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Rafael Amargo rompe su silencio tras ser absuelto y lanza fuertes críticas a Nacho Cano y al Gobierno: “Todo esto me pasó por no querer acostarme con alguien”

2024-10-13

Autor: Carmen

Rafael Amargo ha hecho su gran reaparición en televisión, y lo ha hecho desde un lugar de frustración y desahogo. En el programa Fiesta de Telecinco, el bailaor, quien fue absuelto en mayo de un cargo por un delito contra la salud pública, no se guardó nada al compartir su visión sobre la situación de su vida personal y profesional en España: “No me quieren ni de colaborador.”

Ahora, Amargo se encuentra comenzando de nuevo en Argentina, un país donde asegura que el escándalo que lo rodeó no ha tenido el mismo impacto mediático que en su país natal. Su vida ha dado un giro significativo, y su relación con Luciana Bongianino, quien también fue detenida junto a él en 2020, ha sido fundamental en este nuevo camino.

En medio de su relato, el artista no escatimó en criticar a figuras públicas, incluyendo al presidente Pedro Sánchez y a Yolanda Díaz, pero fue su insinuación sobre su juicio lo que dejó a todos boquiabiertos: afirmó que la verdadera razón detrás de todo lo que sufrió se debe a su negativa a acostarse con alguien. Esta revelación ha dejado a muchos preguntándose sobre las implicaciones de sus palabras.

Entre sus críticas, Nacho Cano se destacó como un blanco particular. Amargo hizo referencia a su decepción con algunos amigos del pasado que no lo respaldaron durante sus momentos difíciles. En particular, mencionó que Cano no lo invitó al estreno de un espectáculo en el que él mismo había colaborado, lo que para Amargo significa una falta de solidaridad en un tiempo en el que más lo necesitaba.

Amargo también comparó el apoyo que Cano ha recibido de figuras influyentes como Isabel Díaz Ayuso y Federico Jiménez Losantos con su propia experiencia, donde sentenció: “A mí no me ha defendido nadie.” Esta amarga reflexión muestra el resentimiento que ha ido acumulando hacia su antiguo amigo, a pesar de que él asegura haberle ofrecido su apoyo en el pasado.

El tema de la Justicia fue otro de los grandes tópicos en su desahogo. Amargo comparó su prolongada espera de tres años para un juicio con la de Cándido Conde-Pumpido, quien sólo esperó once días. “La Justicia no es para todos igual”, subrayó, dejando clara su indignación hacia un sistema que percibe como desigual y arbitrario.

Con una carrera llena de altibajos y un futuro incierto, Rafael Amargo continúa siendo un personaje polémico. Su historia resuena con aquellos que sienten que sus voces han sido silenciadas y pone en evidencia las complejidades del panorama artístico y personal en España.