Un nuevo informe de Naciones Unidas ha revelado un avance significativo en la lucha contra el VIH, ya que en 2023 se registró el número más bajo de casos desde que la epidemia comenzó a crecer en los años 80. Sin embargo, a pesar de esta noticia alentadora, el descenso aún es demasiado lento y no se alcanzan los objetivos deseados.

Según ONUSIDA, alrededor de 1,3 millones de personas se infectaron con el virus en 2023. Esta cifra sigue siendo más de tres veces superior a la meta planteada por las Naciones Unidas: erradicar el SIDA como amenaza para la salud pública de aquí a 2030.

En términos de mortalidad, se estima que 630.000 personas perdieron la vida a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA el año pasado, así alcanzando el nivel más bajo histórico, comparado con el pico de 2,1 millones de muertes en 2004.

El progreso en la reducción de estos números se debe en gran parte a la expansión de los tratamientos antirretrovirales, que han demostrado ser efectivos para controlar la carga viral en la sangre de los pacientes. Sin embargo, es preocupante que de los cerca de 40 millones de personas que viven con VIH en todo el mundo, aproximadamente 9,3 millones no estén recibiendo tratamiento adecuado.

Una Esperanza en el Horizonte

Para aquellos que enfrentan VIH multirresistente, los tratamientos convencionales han tenido limitaciones y no han logrado controlar la carga viral efectivamente. Pero una nueva esperanza ha llegado con la disponibilidad de Lenacapavir, un medicamento revolucionario que ha sido recientemente financiado en varios países, incluido el nuestro. Este es el primer fármaco destinado a pacientes con VIH multirresistente que se administra de forma subcutánea dos veces al año.

Desde el 1 de julio, el Ministerio de Sanidad ha incluido Lenacapavir, comercializado bajo el nombre de Sunleca, en sus tratamientos accesibles, ofreciendo una nueva opción a aquellos cuyas opciones de tratamiento se han agotado. Los expertos consideran que con una mejor distribución y acceso a tratamientos innovadores, la meta de erradicar el SIDA podría estar más cerca de lo que imaginamos.

Conclusión

A pesar de los avances, es crucial aumentar la acción para garantizar que más personas reciban aún el tratamiento necesario. La educación, la eliminación del estigma y la promoción de pruebas regulares son elementos esenciales para hacer avanzar esta causa. Con cada paso, nos acercamos un poco más al objetivo de un futuro sin VIH. ¡El cambio es posible, y cada esfuerzo cuenta!