Unos investigadores de la Universidad de Gotemburgo han realizado un descubrimiento asombroso: ¡los cangrejos de mar pueden sentir dolor!

Esta importante investigación, publicada en la revista Biology, ha revelado que los estímulos dolorosos son procesados en el cerebro de estos crustáceos, lo que ha llevado a los científicos a pedir urgentemente métodos más compasivos para sacrificar estos animales si se desea seguir consumiéndolos. La zoofisióloga Lynne Sneddon enfatiza que "tenemos pruebas científicas de que los cangrejos experimentan y reaccionan al dolor", sugiriendo que es tiempo de revisar nuestras prácticas actuales.

Hasta la fecha, los cangrejos y otros mariscos no están protegidos por las legislaciones de bienestar animal en la Unión Europea, pero esta nueva evidencia podría cambiar el panorama. Los investigadores se centran especialmente en los decápodos, que incluyen langostas, camarones y cangrejos, todos considerados delicias culinarias que, hasta ahora, se han sacrificado a menudo de maneras que podrían ser dolorosas.

El estudio también ha dado nuevos insights en neurobiología. A través de un electroencefalograma (EEG), los científicos midieron la actividad cerebral de los cangrejos comunes (Carcinus maenas) y observaron reacciones notables ante estímulos físicos y químicos, como la aplicación de una sustancia ácida o presión en sus extremidades. Eleftherios Kasiouras, principal autor del estudio, aclaró que “el aumento de la actividad cerebral sugiere que los cangrejos cuentan con mecanismos para advertir sobre el dolor.”

Este descubrimiento plantea interrogantes sobre cómo debemos tratar a estos animales en la industria alimentaria. Los investigadores sostienen que deberían explorarse alternativas más humanas para matarlos, ya que actualmente la normativa permite prácticas que serían inaceptables si se aplicaran a mamíferos.

La investigación resalta la necesidad apremiante de realizar más estudios para encontrar prácticas menos dolorosas y, a su vez, desarrollar regulaciones que ofrezcan a los cangrejos y otros mariscos un trato más ético. “Hay que encontrar maneras de mitigar el sufrimiento de estos animales si queremos continuar disfrutando de su sabor en nuestros platos”, concluyó Sneddon.

¡Es hora de replantear cómo vemos a los mariscos en la mesa! ¿Estamos listos para adoptar un enfoque más humano hacia estas criaturas que sienten dolor? ¡La ciencia exige cambios!