¡Revolución Científica! Se Descubre el Circuito Cerebral Responsable del Rechazo Sexual Femenino
2024-11-25
Autor: Marta
Un innovador equipo de la Fundación Champalimaud en Portugal ha hecho un descubrimiento asombroso: han identificado un circuito neuronal crucial para el rechazo sexual en hembras. Este avance arroja luz sobre cómo las hembras determinan si aceptar o rechazar intentos de apareamiento, dependiendo de su ciclo reproductivo. La investigación, publicada en la prestigiosa revista 'Neuron', profundiza nuestra comprensión sobre la regulación cerebral de los comportamientos sociales y reproductivos.
Durante el estudio, se observó que hembras de mamíferos, como roedores, solo aceptan intentos de apareamiento durante su fase fértil y son notablemente activas en rechazar a los machos en otro momento. Aunque las áreas cerebrales que controlan la receptividad sexual han sido ampliamente estudiadas, los mecanismos del rechazo activo eran menos conocidos. "El rechazo sexual es un comportamiento proactivo; no se trata solo de no aceptar", afirma Susana Lima, autora principal y jefa del Laboratorio de Neuroetología de la Fundación Champalimaud.
El foco de este hallazgo se centra en el hipotálamo ventromedial (VMH), una región cerebral evolutivamente antigua, crucial para el comportamiento social y sexual en múltiples especies, incluidos los humanos. Sorprendentemente, el equipo se enfocó en una zona menos estudiada del VMH, con especial atención a las células que responden a la progesterona, una hormona que fluctúa durante el ciclo reproductivo. "Estas neuronas son claves para entender cómo el cerebro femenino transita entre la aceptación y el rechazo", explica Nicolás Gutiérrez-Castellanos, el primer autor del estudio.
Los investigadores emplearon técnicas avanzadas como la fotometría de fibra, permitiendo observar la actividad de estas neuronas sensibles a la progesterona en ratones hembra que eran receptivos y no receptivos durante interacciones con machos. Los resultados revelaron que las neuronas del VMH anterior se activaron intensamente en hembras no receptivas, correlacionándose con conductas defensivas como patear y boxear, mientras que estas neuronas mostraron menor actividad en hembras receptivas.
"Las neuronas sensibles a la progesterona en la región ventral anterior actúan como guardianes del rechazo sexual. Cuando una hembra no está en su ventana fértil, estas neuronas se activan fuertemente para inducir el rechazo. Durante la fase fértil, su actividad se reduce, lo que permite el apareamiento", explica Basma Husain, coautora principal del estudio.
Para investigar más a fondo cómo se modulan estas neuronas en función de la fertilidad, el equipo realizó experimentos de electrofisiología. Descubrieron que en hembras no receptivas, estas neuronas recibían más señales excitatorias, lo que las hacía más propensas a activarse, mientras que en hembras receptivas, predominaban señales inhibidoras que reducían su actividad.
Gutiérrez-Castellanos destaca que "el equilibrio entre excitación e inhibición de estas neuronas distribuye su papel en el rechazo sexual". Para confirmar estos hallazgos, el equipo utilizó la optogenética, activando selectivamente estas neuronas con luz, lo que llevó a hembras fértiles a rechazar a los machos como si no lo fueran. En contraste, silenciar estas neuronas en hembras no receptivas disminuyó los comportamientos de rechazo, indicando que distintas poblaciones neuronales controlan la receptividad y el rechazo.
Este hallazgo potencia la idea de que el cerebro tiene un sistema dual que permite una regulación más flexible y adaptable del comportamiento sexual. Según Lima, "esto demuestra que el sexo no es necesariamente determinista; incluso en la fase receptiva, una hembra puede optar por rechazar a los machos, lo que añade matices a su comportamiento".
Los descubrimientos son cruciales e incluso pueden tener implicaciones clínicas, ya que estudios recientes sugieren que el VMH humano podría funcionar de manera similar. Además, el aislamiento social de hembras durante el desarrollo afecta su receptividad sexual, mostrando alteraciones en la misma área cerebral. Esto resalta la importancia del VMH en la salud reproductiva y el comportamiento, abriendo nuevas vías en la investigación del cerebro y las interacciones sociales.