Salud

¡Revolución en el Tratamiento de Linfomas Cutáneos! Unidades Cross Funcionales Transforman el Cuidado de Pacientes

2024-11-28

Autor: Carmen

Los linfomas cutáneos representan un desafío importante en la atención médica, pero la creación de Unidades Cross Funcionales está cambiando las reglas del juego. Expertos en el campo enfatizan que la atención multidisciplinaria, donde hematólogos y dermatólogos trabajan juntos durante la misma consulta, no solo mejora la experiencia del paciente, sino que también optimiza la calidad del tratamiento.

Este innovador enfoque se pone de relieve en el programa ‘Inmersión práctica de una Unidad Cross Funcional de Linfomas Cutáneos de Células T’, organizado por el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y el Hospital Universitario 12 de Octubre en Madrid, gracias al apoyo de la compañía biofarmacéutica Takeda.

Atención Integral: Un Cambio Radical

La Unidad Cross Funcional del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz ha estado en operación durante ocho años. Según Raúl Córdoba, coordinador de la Unidad de Linfomas, “mientras que en otros centros los hematólogos solo evalúan a pacientes que requieren quimioterapia, nosotros integramos a ambos especialistas en una sola consulta. Esto garantiza que el paciente reciba atención continua y especializada en cada etapa de su enfermedad.”

La atención integral aquí significa que los pacientes no solo son tratados por su dermatólogo habitual, lo que evita la pérdida de continuidad del cuidado en momentos cruciales.

¿Por Qué Es Necesaria la Valoración Holística?

El enfoque holístico es fundamental, dado que los linfomas cutáneos pueden involucrar complicaciones a nivel ganglionar y visceral, así como afectar análisis clínicos. Según Córdoba, es imprescindible contar con la participación de otros especialistas para abordar adecuadamente estas complicaciones, enriqueciendo el diagnóstico y el tratamiento.

Pablo Ortiz, jefe del Departamento de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre, resalta que “los pacientes manejados en la Unidad Cross Funcional suelen presentar casos complejos. La sinergia entre especialistas con apreciaciones diferentes potencia la seguridad del paciente y mejora significativamente las decisiones clínicas.” Este hospital tiene una rica trayectoria tratando linfomas cutáneos desde los años 90, pero fue hace apenas tres años que se formalizó la colaboración multidisciplinaria entre Hematología, Dermatología, Anatomía Patológica y Radioterapia.

Llamado a la Acción: Expandir Estas Unidades

Ambos especialistas recalcan la urgente necesidad de establecer más Unidades Cross Funcionales en España, donde estas son aún escasas. Córdoba subraya que “en muchos centros, las consultas de linfomas cutáneos están mayormente dirigidas por dermatólogos, quienes remiten al hematólogo únicamente para tratamientos específicos. Esto resalta la carencia de Unidades Cross Funcionales en el país.”

Sin embargo, la buena noticia es que en los últimos años ha habido un incremento en el reconocimiento de la importancia de estos equipos, facilitados por programas de formación como el llevado a cabo por el Hospital Fundación Jiménez Díaz y el Hospital 12 de Octubre. Ortiz sostiene que estas iniciativas son clave para formar especialistas en este campo, crucial dado el escaso número de profesionales entrenados en linfomas cutáneos.

Formación Teórica y Práctica de Última Generación

El programa de formación ofrece una enseñanza integral de seis semanas, donde se abordan estrategias multidisciplinarias que los especialistas emplean en el tratamiento de estos pacientes. Además, incluye estancias clínicas que permiten a los participantes aprender a trabajar en equipos multidisciplinarios, mejorando así la experiencia de atención del paciente.

Este enfoque revolucionario no solo promete mejorar la calidad de vida de los pacientes con linfomas cutáneos, sino que también establece un nuevo estándar en la atención médica, mostrando cómo la colaboración entre diversas especialidades puede llevar a mejores resultados clínicos. La pregunta que surge es: ¿están nuestros sistemas de salud listos para adoptar este modelo de atención integral?