La inteligencia artificial (IA) está transformando el mundo, y el sector financiero es uno de los más beneficiados de esta revolución tecnológica. En un emocionante anuncio durante el XV Encuentro Financiero EXPANSIÓN-KPMG, José Luis Escrivá, gobernador del Banco de España, destacó que, efectivamente, "el Banco de España se está preparando para ejercer la supervisión de la IA en la banca". El evento, que reunió a líderes de la industria, incluyó la colaboración de KPMG, American Express, Cunef Universidad y Microsoft Surface.

A partir de la nueva normativa europea que regula el uso de la IA, el Banco de España se establece como la autoridad competente en el ámbito financiero. Para llevar a cabo esta ambiciosa tarea, Escrivá reveló la creación de un grupo de trabajo que se encargará de desarrollar las capacidades supervisoras de la entidad con respecto a la inteligencia artificial.

"Desde el Banco de España, apoyaremos a las entidades financieras para que saquen el máximo partido de la inteligencia artificial y las tecnologías digitales ya disponibles", aseguró Escrivá. Reconoció que las inversiones necesarias serán significativas, pero enfatizó que "las entidades están en una sólida posición solvente para enfrentar estos desafíos".

El compromiso del Banco de España es garantizar el uso responsable y transparente de la IA. En este sentido, Escrivá prometió que el supervisior buscará esclarecer cualquier incertidumbre regulatoria que pueda surgir durante la implementación y también identificará nuevos riesgos que puedan afectar a las entidades, así como a la política monetaria y la estabilidad financiera.

"Es imperativo que el despliegue de estas tecnologías se realice de manera ética y con un claro entendimiento de los riesgos involucrados", subrayó.

El nuevo grupo de trabajo tendrá un enfoque transversal, colaborando con varias direcciones generales del Banco de España, incluyendo la supervisión de conducta y la supervisión microprudencial. Además, buscará incorporar la inteligencia artificial en sus propios procesos internos para mejorar la eficiencia y efectividad, un movimiento necesario en la era digital.

"Debemos activar de inmediato nuestra vigilancia del mercado en este ámbito", afirmó Escrivá, señalando que "determinar qué se puede y qué no se puede hacer será esencial para una implementación que cumpla con los estándares requeridos".

El Banco de España también proporcionará su visión experta en la supervisión de los procesos relacionados con la IA. En este contexto, Escrivá reconoció la necesidad de apoyo por parte de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (Aesia), que está en proceso de consolidación y es fundamental para este ambicioso proyecto.

Con Ignasi Belda a la cabeza, esta agencia se dedica a desarrollar sus capacidades para hacer frente a los desafíos inminentes.

Las oportunidades para la banca a través de la IA son prometedoras. Escrivá destacó que la IA será "una verdadera disrupción para el sector", con potencial para generar mejoras significativas en productividad y eficiencia. En particular, mencionó la ciberseguridad y la gestión de riesgos como áreas que podrían beneficiarse enormemente.

Además, Escrivá se mostró entusiasmado por la posibilidad de que la inteligencia artificial ayude a los autónomos y pequeñas y medianas empresas (pymes). "Estoy profundamente interesado en cómo la banca puede ofrecer servicios de IA a las pymes. Las mejoras en eficiencia deben beneficiar a todo el tejido productivo", comentó Escrivá.

Sin embargo, los riesgos asociados también son significativos. De hecho, el reglamento europeo clasifica ciertos usos de la inteligencia artificial como de "alto riesgo", lo que significa que, aunque su uso puede traer mejoras, debe manejarse con especial cuidado. Escrivá indicó que áreas como la clasificación de crédito y solvencia son especialmente delicadas en este contexto.

Para incorporar la inteligencia artificial de manera segura, se exigirá una "evaluación de conformidad" antes de que los sistemas se pongan en práctica. Esto implica que las entidades tendrán que analizar varios criterios relacionados con la gestión de riesgos, datos y gobernanza. Aunque se puede realizar de manera interna, Escrivá recomendó que estas valoraciones sean supervisadas por un tercero.

Las auditorías de los usos de alto riesgo de la IA deberán ser llevadas a cabo por lo que el reglamento denomina "autoridad notificada". Los países tienen hasta agosto de 2025 para definir qué entidades serán consideradas como tales, y muchos expertos apuntan a que las auditoras jugarán un papel crucial en este proceso.