Salud

¡Revolucionario descubrimiento para combatir la malaria! ¿El gen NEK1 será la clave?

2024-11-09

Autor: Carmen

La malaria sigue siendo una de las principales amenazas para la salud pública en numerosas naciones en desarrollo. Esta enfermedad, transmitida por mosquitos hembras infectados del género Anopheles, causó unas alarmantes 608,000 muertes en 2022, según la OMS. El parásito unicelular Plasmodium, responsable de la malaria, invade el hígado y los glóbulos rojos, desatando una serie de complicaciones potencialmente mortales.

Recientemente, un equipo de investigadores liderado por la profesora Rita Tewari de la Facultad de Ciencias de la Vida, en colaboración con el profesor Mathieu Brochet de la Universidad de Ginebra, ha hecho strides significativos en la comprensión del proceso de multiplicación del parásito. En un artículo publicado en PLOS Biology, estos científicos han identificado reguladores clave que controlan cómo los parásitos de malaria realizan la división celular, explorando en particular las fases de desarrollo dentro de los mosquitos.

La profesora Tewari enfatiza la importancia de entender la división celular de los parásitos, afirmando: “Al observar el COVID-19, queda claro que controlar la transmisión de los parásitos es crucial, además de tratar la enfermedad. Conocer cómo el parásito se divide dentro del mosquito y qué mecanismos emplea será esencial para diseñar nuevas estrategias de intervención.”

Los investigadores están prestando especial atención a un tipo de proteínas conocidas como quinasas, que son esenciales para regular casi todos los procesos celulares. A pesar de su relevancia en la investigación contra el cáncer y otras enfermedades, el estudios sobre el papel de estas quinasas en las especies de Plasmodium ha sido limitado. “Estamos comenzando a escudriñar cómo actúan estas proteínas en la división celular de los parásitos de malaria, lo cual es fundamental para desarrollar nuevos tratamientos”, añaden.

En concreto, los científicos han focalizado sus esfuerzos en dos quinasas: ARK2 y NEK1. El NEK1 ha emergido como un potencial objetivo terapéutico que podría jugar un rol decisivo en detener la transmisión de la malaria. “Estos avances ofrecen un camino esperanzador en la lucha contra esta enfermedad devastadora”, concluye Tewari.

La investigación continua en este ámbito es vital, no solo porque la malaria sigue afectando a millones de personas, sino también porque los parásitos están desarrollando resistencia a los tratamientos actuales. Es fundamental que la comunidad científica explore todas las vías posibles para combatir esta enfermedad y lograr un futuro libre de malaria. ¡El futuro está en el horizonte, y podría estar más cerca de lo que pensamos!