Ángeles Vázquez, la conselleira de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, ha hecho una declaración sorprendente al calificar por primera vez el proyecto de Altri en Palas de Rei (Lugo) como una macrocelulosa. Este anuncio fue realizado en una entrevista en la Cadena SER, poco después de que decenas de miles de personas se movilizaran en el puerto de A Pobra do Caramiñal (A Coruña) para expresar su rechazo a una planta que planea producir anualmente 400,000 toneladas de celulosa soluble y 200,000 toneladas de fibra textil lyocell.

Vázquez señaló que "hablar de macrocelulosa" puede generar inquietud. En este sentido, hizo referencia a la situación en Marín, al lado de Pontevedra, donde sus playas han sido certificadas con bandera azul. "Eso no lo dice la Xunta, son verificaciones externas", afirmó, subrayando el contraste con el polémico caso de la celulosa de ENCE, cuya planta, construida durante el franquismo, ha sido prorrogada hasta 2073. La nueva pastera de Altri ocupará una superficie diez veces mayor que la de ENCE, lo que ha incrementado las preocupaciones ambientales en la región.

“Estamos en la era del cartón y del papel”, recordó Vázquez, mientras expresaba que el proyecto, que fue presentado en su momento como una fábrica ecológica de fibras vegetales, “no ha cambiado en absoluto”. Al respecto, lanzó una provocativa pregunta: "¿Por qué cambia la gente entonces?".

En respuesta a la masiva protesta en contra de la macrocelulosa, Vázquez defendió su posición apoyándose en la reciente victoria electoral de su partido, el PP, afirmando que "todo el mundo conocía la planificación de la Xunta y cómo actúa". Por su parte, la conselleira de Industria, María Jesús Lorenzana, se refirió a la movilización como un ejemplo del “comunismo del siglo XXI".

Vázquez también intentó tranquilizar a los ciudadanos que temen por los efectos del proyecto de Altri. Aseguró que estaba recibiendo tranquilidad de los "técnicos" que han aprobado la declaración de impacto ambiental del proyecto. Además, anunció que la autorización ambiental integrada estará lista antes del verano, un documento que, a diferencia de la DIA, puede ser apelado administrativamente o judicialmente, algo que los movimientos ecologistas han prometido hacer.

Mientras tanto, la conselleira continúa intentando calmar las preocupaciones: “No habrá afectación al agua, no habrá afectación a la tierra”. La ya admitida macrocelulosa, según ella, es compatible incluso con la agricultura y ganadería ecológica. Sin embargo, las críticas de opositores al proyecto crecen a medida que la comunidad se pregunta si realmente se protege el medio ambiente frente a intereses industriales.