En un giro sorprendente en el mundo financiero, los directivos de Sabadell han decidido apelar a la Constitución española y a la defensa del "bien común" para oponerse a la oferta de compra que BBVA presentó hace casi un año. Durante un evento previo a la junta de accionistas, el equipo directivo de Sabadell subrayó la importancia de que el Gobierno considere estos elementos en su decisión sobre la intervención en esta operación crucial.

Historias del pasado resuenan en esta disputa: Manuel Pizarro, el antiguo presidente de Endesa, es recordado por emplear un ejemplar de la Constitución en 2005 para rechazar la oferta de Gas Natural. Aunque finalmente, Endesa fue adquirida por la italiana Enel tras un complejo entramado de movimientos en el mercado.

En un enfoque más directo, César Gonzálvez-Bueno, el CEO de Sabadell, citó en varias ocasiones la necesidad de que el Gobierno actúe "por razones de interés general". Subrayó que la normativa de competencia reconocía el papel del Ejecutivo en situaciones como esta, argumentando que sería razonable seleccionar a ciertas entidades afectadas por la opa para dar voz a sus preocupaciones.

Josep Oliu, presidente del banco, también destacó la relevancia de proteger el "bien común", insistiendo en que este es un reto del Gobierno. Recientemente, Gonzálvez-Bueno ha expresado preocupaciones basadas en filtraciones de prensa que sugieren que la CNMC podría aceptar compromisos temporales de BBVA, lo que facilitaría su avance en la compra.

La preocupación por la competencia es palpable; los responsables de Sabadell argumentan que esta operación amenazaría el bienestar en España, con un impacto significativamente negativo en las pequeñas y medianas empresas (pymes) que constituyen el 70% del tejido empresarial nacional. Esto podría justificar una intervención gubernamental "por razones de interés general" y cohección territorial, especialmente en regiones como Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia.

Sabadell pide al Gobierno una mayor claridad sobre si se autorizará la fusión entre ambas entidades en caso de que BBVA logre adquirir la mayoría de los derechos de voto. Se espera que el folleto enviado a la CNMV detalle de forma transparente las condiciones de la operación, garantizando que los accionistas tengan la información necesaria para tomar decisiones informadas.

En este panorama complejo, la presión sobre el Gobierno aumenta, ya que tanto los directivos de Sabadell como sus accionistas están ansiosos por saber si la oferta de BBVA culminará en una fusión o si se plantearán otras alternativas. Mientras tanto, BBVA sostiene que, incluso sin la fusión, la compra sigue siendo viable y que hay un camino por recorrer en este intrincado escenario empresarial.